Energía

Bruselas prepara un plan de emergencia común para afrontar más cortes de gas

  • La Comisión presentará medidas para reformar el mercado eléctrico después de verano
  • La UE confía en terminar el año con crecimiento a pesar de los tambores de recesión
La presidenta de la Comisi?n Europea, Ursula Von der Leyen, con la presidenta del BCE, Christine Lagarde y el presidente del Eurogrupo, Pascal Donohoe.
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Ya son 12 los estados miembros de la Unión Europea que están haciendo frente a cortes totales o parciales de suministro de gas ruso. Incluso Alemania se está preparando para posibles racionamientos de cara al invierno. Pero llegar a este extremo en un país como Alemania, motor económico de Europa, puede tener graves consecuencias para el mercado común y por eso la Comisión Europea está trabajando en un plan de emergencia par hacer frente no solo a los cortes ya existentes sino a futuras disrupciones: "Nos preparamos para lo peor", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, al salir de una cumbre de líderes europeos marcada por la preocupación por la crisis energética y todas sus ramificaciones a nivel económico.

"Tenemos que estar adecuadamente preparados ante potenciales futuras disrupciones de las entregas de gas ruso a Europa", ha insistido la líder del ejecutivo comunitario. Bruselas es consciente que Vladimir Putin no está teniendo ningún reparo en utilizar el gas como arma geopolítica y por eso no solo ha pedido a todos los gobiernos de la UE que revisen sus planes nacionales de contingencia sino que está trabajando con los Veintisiete para coordinar un plan de emergencia común que aborde potenciales reducciones de consumo y ahorro eficiente, que presentará en julio.

El anuncio llega después que Alemania haya activado la segunda fase de su plan ante la escasez de este combustible fósil. "El invierno será difícil", ha avisado el primer ministro belga, Alexander De Croo, que ha admitido que si Alemania se plantea el racionamiento las consecuencias pueden tener impacto para el conjunto del continente. En el caso de España, fuentes del gobierno se muestran ligeramente más tranquilas porque España no depende en la misma medida del gas ruso, pero explican que ya se está empezando a trabajar en el plan nacional de contingencia, tal como pide de hecho Bruselas.

Tambores de recesión

El gas es el gran problema de fondo que está disparando la inflación y lastrando el crecimiento de la economía europea hasta hacer disparar las alarmas de recesión, aunque en Bruselas siguen evitando al máximo hablar de este escenario. Según el presidente del Eurogrupo, Pascal Donohoe, de momento todo indica que la economía europea crecerá este 2022, aunque tímidamente y muy por debajo de lo esperado antes del inicio de la guerra en Ucrania. "Somos conscientes que la recesión es un riesgo, pero ahora mismo lo que vemos es más un crecimiento bajo que una recesión", ha dicho el irlandés.

A su vez, sin embargo, Donohoe ha alertado que si la inflación se convierte en un fenómeno "durable" en las economías europeas, "los retos solo crecerán" por lo que no solo ha agradecido las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE) sino que ha llamado a los gobiernos a adoptar una política fiscal adecuada. Bruselas advierte que es necesario empezar a reducir la deuda pública a pesar de que también es necesario apoyar a los ciudadanos y sectores más afectados por la escalada de los precios.

La cuestión energética ha ganado peso en esta cumbre de líderes europeos porque hay gobiernos especialmente preocupados por el otoño y el invierno que viene. El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha insistido en aplicar un tope europeo al precio del gas e incluso ha solicitado la celebración de un cumbre extraordinaria en julio para abordarlo, pero no ha encontrado el respaldo de sus colegas.

Von der Leyen sí que se ha comprometido a estudiar medidas para reformar un mercado eléctrico europeo desfasado a la hora de fijar los precios, una iniciativa que presentará después del parón de agosto. Esta es una petición que España llevó a Bruselas ya antes que empezara la guerra y que ha ido ganado peso a medida que empeoraba la situación.

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