El gasóleo A convencional supera por primera vez la barrera de los dos euros por litro en las grandes urbes y se espera que su evolución siga al alza en las próximas semanas en el resto del país.
Hasta el momento, el litro del diésel convencional se había quedado en el psicológico 1,99 euros a los que se pagaba hace apenas una semana pero la caída de los inventarios de EEUU y la reapertura de China han vuelto a generar una fuerte incertidumbre en el mercado y provocar aumentos en los carburantes.
Con este escenario, el precio en el monolito para el diésel se ha comido ya el descuento de los 20 céntimos que aprobó el Gobierno en el Real decreto para hacer frente a las consecuencias de la guerra, al igual que ha pasado con mayor rapidez con la gasolina.
En Madrid, la estación de servicio más cara corresponde a Cepsa con un precio de monolito de 2,06 euros por litro de diésel, mientras que la más económica es de Shell con un coste de 1,80 euros.
En Barcelona, la más cara corresponde a Repsol con 2,049 euros por litro frente a los 1,86 que ofrece Shell como la opción más económica.
En Valencia, la estación que registra un precio más elevado tiene un precio de 2,009 euros por litro y la portuguesa Galp ofrece el precio más asequible por 1,86 euros.
Por último, en Sevilla la gasolinera más cara es de Repsol con 1,989 euros por litro de diésel y la más barata San Jerónimo con 1,89 euros.
Con estos precios, llenar un depósito medio de 55 litros de diésel se situaría ya en los 110 euros. No obstante, con el descuento de 20 céntimos del gobierno se queda en el entorno de los 100 euros, frente a los 66 euros que costaba en junio de 2021 o 74 euros de la gasolina.
El pasado mes de abril, cuando comenzó a aplicarse el descuento de 20 céntimos, el precio se situaba en 1,81 euros para la gasolina de 95 octanos y 1,83 euros para el diésel, tal y como reflejan los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Dos meses después, este misma fuente indica que la gasolina se paga ya de media a 1,968 euros mientras que el diésel se sitúa en 1,85 euros por litro.
El Ministerio de Transición Ecológica, en su informe mensual, sitúa el precio medio en abril en los 1,80 euros para la gasolina y en 1,83 euros para el diésel.
Por lo tanto, a lo largo de estos últimos dos meses, repostar gasolina se ha convertido en una opción más cara que el gasóleo principalmente por la llegada de la llamada 'driving season' en Estados Unidos que intensifica la demanda de gasolina en la zona.
Según los datos de la Corporación de reservas estratégicas, las gasolinas (+25% vs. abr-21) vuelven a superar el consumo de 2019 (+7,5% vs. abr-19); los gasóleos de automoción también aumentan respecto a abril 2021 (+11,8%), pero descienden respecto a abril 2019 (-3,9%). En el acumulado del año el consumo de los combustibles de automoción asciende un +11,6% vs. 2021, aumentando tanto las gasolinas (+24,7%) como los gasóleos auto (+8,8%).
La Comisión Europea ha aprobado esta pasada semana el sexto paquete de sanciones a Rusia y entre las medidas que se incluyen figura la prohibición a la importación de petróleo desde el país por vía marítima.
Los inventarios en Estados Unidos han vuelto a caer y una parte de China ha salido del confinamiento lo que puede provocar un nuevo tirón del consumo.
Esta situación supondrá que las refinerías del sur de Europa tendrán que comenzar a sustituir el llamado gasóleo de vacío -que provenía mayoritariamente de Rusia- por otros productos sustitutivos. Fuentes del sector petrolera indican que las compañías llevan meses preparándose para esta situación y que el llamado VGO se puede lograr por vías alternativas.
Los problemas no sólo afectan a Europa, en Estados Unidos el precio de la gasolina marca récord tras récord prácticamente a diario y alcanza ya los 4,715 dólares por galón, lo que está provocando advertencias como las lanzadas por JP Morgan de que esta situación provocará una huracán para la economía o voces reclamando que se paralice la exportación de carburantes desde el país. La Administración Biden estaría incluso comenzando a plantearse la aplicación de un 'windfall tax' a los beneficios de las compañías para tratar de paliar esta situación y contaría con el apoyo de la senadora Elizabeth Warren, dispuesta a apadrinar la medida.
Reino Unido ha impuesto un tasa del 25% para los productores de petróleo del Mar del Norte con los que ingresar del orden de 18.900 millones de dólares para subsidiar el consumo de carburante de los británicos. Pero todo no son situaciones difícil, los elevados precios del petróleo actuales están logrando recuperar las economías de los países del Golfo que sufrieron con la caída del crudo en 2020. El Banco Mundial espera un crecimiento del 5,2% para los países del Golfo.