Funcionarios del gobierno polaco y búlgaro, así como representantes de PGNiG, confirmaron que Rusia ha cortado las entregas de gas a estos países en el marco del contrato de suministro procedente de la península siberiana de Yamal, según informó el sitio web Onet.pl. Tras conocerse esta noticia, los futuros del gas de referencia en Europa, que cotizan en la Bolsa de Ámsterdam, se incrementaron un 17% en cuestión de una hora.
Moscú y Europa llevan tiempo echándose un pulso sobre cómo debe pagarse el gas y el presidente ruso ha amenazado con interrumpir el suministro si no se cumplen sus exigencias. Polonia, que se ha manifestado a favor de medidas más duras contra Rusia por la guerra de Ucrania, ha dejado claro que no pagará en rublos, una postura que ha reiterado este martes.
Según declaró a Bloomberg Iwona Dominiak, portavoz del operador del sistema de gas de Polonia, Gaz System, el país está preparado para posibles cortes en el suministro y los consumidores no sufrirán escasez. Sin embargo, la divisa polaca también cayó tras el informe.
Otros datos del operador polaco muestran que los pedidos de gas ruso para el miércoles desde Bielorrusia a Polonia se han reducido casi a cero, aunque esto es una indicación de lo que los clientes planean enviar y no refleja necesariamente los flujos reales.
PGNiG importa gas ruso en virtud del contrato de importación a largo plazo que vence a fines de este mismo año 2022. Los funcionarios han dicho repetidamente que no extenderán el contrato una vez termine.
El año pasado, PGNiG importó 9,9 bcm de gas ruso, cubriendo más de la mitad de la demanda, alrededor del 63%. Polonia podrá encontrar otro suministrador clave en el gas noruego, una vez que el gasoducto Baltic Pipe entre en funcionamiento en octubre. La tubería de 900 kilómetros que conectará Polonia con los yacimientos de gas noruegos, tiene una capacidad de transporte anual de 10 bcm de gas y pretende ayudar a Varsovia a reducir su dependencia del gas ruso, que ahora supone la mitad de su consumo.
Ante la, cada vez mayor, urgencia en el Viejo Continente de diversificar los suministros del combustible fósil tras la invasión rusa de Ucrania, está previsto que el gasoducto Baltic Pipe cubra el 50% del consumo de Polonia y le permita poner fin definitivamente a sus acuerdos de suministro con Vladimir Putin.