España e Italia avanzan para incrementar sus interconexiones gasistas. Ambos países han comenzado a trabajar en una ruta alternativa al Midcat con Francia para tratar de ampliar la capacidad de entrada de gas a Europa. La ruta posible iría desde Barcelona a Génova para poder facilitar el tránsito con rapidez del gas hacia el corazón de Europa.
Según explicó Marco Alverà, consejero delegado del gestor técnico italiano Snam, en la presentación de resultados de la compañía: "Estamos estudiando con nuestros socios todas las opciones para desatascar esta capacidad a través del proyecto Midcat en Francia que venimos defendiendo desde hace varios años. A falta de avances reales y rápidos en el Midcat, también estamos en la fase de prefactibilidad de un nuevo gasoducto en alta mar desde España hasta Italia. A muy corto plazo, estamos organizando un gasoducto virtual con un sistema de buques pequeños para transportar el GNL desde España hasta Panigaglia, donde sólo los buques más pequeños pueden descargar".
Las dudas existentes con este proyecto de gasoducto con Francia se centran en las cantidades que podrían ser necesarias para suministrar al centro de Europa durante los próximos años y, por ese motivo, se reclama que si el proyecto Midcat sale adelante venta acompañado de contratos a largo plazo.
La dependencia de Italia del gas ruso, con cerca del 40% de su suministro, abre la puerta a que pueda convertirse en receptor del gas que llegue a España a través de la red de plantas regasificadoras existentes.
La puesta en marcha de la interconexión con Francia a través de los Pirineos supondría una inversión de alrededor de 500 millones de euros, pero Francia debería destinar cerca de 2.000 millones para reforzar su red de gas del sur -el antiguo mercado PEG Sud- para poder llevar dicho gas hasta Alemania o Italia. Ambos países mantienen una fuerte dependencia del gas natural ruso y necesitan vías alternativas de entrada para poder reducir su dependencia.
Reunión presidencial
Hoy, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el primer ministro italiano, Mario Draghi; y el presidente del Gobierno portugués, António Costa, se reunieron en Roma, mientras que el griego, Kyriakos Mitsotakis, participó por videoconferencia, porque se encuentra en aislamiento tras haber contraído el coronavirus.
Sánchez advirtió, en una comparecencia conjunta y sin preguntas tras la cumbre, de que la UE que no puede esperar "ni un día más" en adoptar medidas para reformar el mercado energético y que el momento para actuar es "ahora".
El presidente del Gobierno subrayó que la guerra de Ucrania ha provocado "una volatilidad insoportable" de los precios y que no puede responderse a ello de 27 maneras distintas, sino de forma conjunta por toda la UE. Draghi se mostró en la misma línea y aseguró que "una gestión común del mercado energético es beneficiosa para todos".
El mandatario italiano explicó que los países del sur de Europa apoyan la aprobación de medidas, aunque sean temporales, para evitar que los elevados precios del gas repercutan en las facturas energéticas, y tratarán de convencer a los llamados países "frugales" (Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria), que son los que presentan más reticencias.
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