
La subida de los precios de la energía sigue haciendo especial daño en Reino Unido. El mercado energético del país se enfrenta a una "masacre absoluta" que podría llevar a la quiebra a al menos 20 proveedores sólo en el próximo mes, alerta Keith Anderson, director ejecutivo de Scottish Power, firma escocesa que es propiedad de la española Iberdrola.
Los precios del gas natural se han disparado este año a medida que las economías volvían a abrirse tras los cierres provocados por el covid y la elevada demanda de gas natural en Asia ha hecho descender los suministros a Europa, lo que ha provocado una conmoción en las industrias que dependen de la energía barata.
"Esperamos que, probablemente en el próximo mes, al menos otras 20 comercializadoras acaben quebrando", ha avisado Anderson en Sky, recoge Reuters. "Ahora vamos a empezar a ver cómo algunas empresas relativamente bien gestionadas, buenas y comercialmente sólidas van a quebrar porque simplemente no pueden trasladar el coste del producto a los clientes".
"Existe un riesgo importante de que el mercado se reduzca a cinco o seis empresas", ha advertido a su vez Anderson al Financial Times, poniendo énfasis en que la única solución pasa por que el Gobierno británico revise el límite de los precios de la energía
El tope en los precios, establecido por el regulador Ofgem, limita el coste de la energía para unos 11 millones de personas con tarifas por defecto de los proveedores y se revisa dos veces al año. Anderson insiste en que Ofgem y el Gobierno de Boris Johnson deberían estudiar la posibilidad de cambiar el tope antes de su próxima revisión, prevista para abril, para que los proveedores puedan repercutir antes los aumentos de sus costes. Sin la intervención del Gobierno y los reguladores, "corremos el riesgo de caminar dormidos hacia una masacre absoluta", ha reiterado Anderson.
Desde Ofgem, informa Bloomberg, han indicado que los clientes de los proveedores serán transferidos a nuevas empresas, aunque encontrar un reemplazo es cada vez más difícil ya que la mayoría de los proveedores ya han adquirido clientes adicionales y empiezan a estar al límite.
El colapso de los proveedores británicos de energía Pure Planet y Colorado Energy, respaldados por BP y que en conjunto dan servicio a unos 250.000 clientes en Reino Unido, elevaba hace una semana a 14 el número de comercializadoras que se han visto forzadas a cesar su actividad como consecuencia de la escalada de los precios del gas y de los topes a los precios impuestos por el Gobierno al no poder equilibrar sus costes. El número de clientes afectados rebasa ya los 2,4 millones y el de compañías que han cesado su actividad asciende a 11 desde septiembre.
Hasta la fecha, la mayor víctima de la crisis desatada en Reino Unido por los elevados precios del gas ha sido Avro Energy, que daba servicio a unos 580.000 clientes y anunció el cese de su actividad el pasado 22 de septiembre. El secretario de Negocios del Reino Unido, Kwasi Kwarteng, ya se puso en lo peor alertando de que es probable que más proveedores quiebren.
Los ejemplos cunden en toda la actividad económica británica. Un operador ferroviario de mercancías del país ha revelado que está volviendo a los trenes diésel porque los costes de la electricidad se han vuelto demasiado caros. Pese a que el petróleo también ha subida con fuerza, a la compañía parece compensarle. El gas se cotiza a un precio equivalente a casi 200 dólares en barriles en el Reino Unido, lo que ha provocado un aumento del 268% en los precios de la energía este año. Por el contrario, el precio del gasóleo de referencia en Europa parece barato, ya que ha alcanzado un máximo de tres años de 98 dólares por barril.