
La carta de intenciones firmada entre IAG y Boeing para la compra de 200 aviones 737 MAX ha levantado ampollas entre los directivos de Airbus, que ven una oportunidad para luchar por hacerse con el macropedido valorado en unos 23.000 millones.
No en vano, el fabricante europeo se ha convertido en casi el principal proveedor de aviones de corto y medio radio del holding aéreo y ahora ve peligrar su monopolio en compañías como Level o Vueling, que solo operan con la familia A320, y que serán los destinatarios de esta nueva flota.
Así, el jefe del área de negocios de Airbus, Christian Scherer, ha asegurado que van a luchar para hacerse con ese pedido ya que todavía no está cerrado. "IAG es un excelente cliente. Todos los aviones que encargaron bien pueden ser el modelo A320 de Airbus", sentenció. En esta línea, el consejero delegado, Guillaume Faury, apuntó que están "seguros de que tenemos posibilidades de competir y tenemos la capacidad para hacerlo". "Estoy convencido de que IAG tomará la mejor decisión", añadió el directivo.
Vázquez: "Se compran los aviones que son los más convenientes y en las mejores condiciones posibles"
El principio de acuerdo para comprar los aviones 737-8 y 737-10 supone un espaldarazo de IAG a Boeing después de que la familia MAX se quedara en marzo sin licencia de vuelo por los dos accidentes registrados por un fallo en el detector de desvío del morro. Y es que, sin esta operación, el fabricante norteamericano se arriesgaba a cerrar la feria de Le Bourget (París) con un mínimo histórico de pedidos y sin apenas vender aviones comerciales. Aun así, ha perdido su particular competición con Airbus, que ha brillado con su nuevo modelo A321 XLR, de los que ha vendido 226 unidades entre nuevas compras y conversiones.
El gesto de IAG a Boeing no ha sido bien recibido entre algunos accionistas de la compañía aérea que han criticado la operación en la Junta de Accionistas celebrada en la sede de Mutua Madrileña.
Ante las quejas, el presidente de IAG, Antonio Vázquez, explicó que "se compran los aviones que son los más convenientes y en las mejores condiciones posibles". Asimismo, recordó que sólo se ha firmado una carta de intenciones y que ahora su equipo está "trabajando en tener el mejor acuerdo posible para tener la mejor flota posible". Así, la compañía ahonda en la idea del los buenos precios que puede conseguir para hacerse con un pedido valorado en 24.000 millones de euros, lo que mejoraría su rentabilidad en las operaciones.
Durante la Junta, en la que se aprobó el dividendo de 1.000 millones de euros y hubo bronca por la reelección de Emilio Saracho, ex presidente del banco Popular, como consejero, Vázquez aprovechó para anunciar que AESA (Agencia de Seguridad Aérea) ha dado su visto bueno a los planes de Iberia y Vueling para defender su españolidad en caso de ruptura sin acuerdo y poder seguir volando en la UE. "Con gran satisfacción, hemos recibido confirmación por parte de los reguladores de España, Francia, Irlanda y Austria de que los planes de nuestras aerolíneas, en caso de un Brexit sin acuerdo, cumplen con la normativa aplicable sobre propiedad y control de la UE", Vázquez.
Este es sólo un primer paso, ya que el verdadero reto es conseguir la aprobación de Bruselas, que en más de una ocasión ha asegurado que las medidas de IAG no eran suficientes para mantener su pasaporte europeo tras un divorcio sin acuerdo.