
El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, alerta de que la entrada de los grandes operadores tecnológicos en el negocio financiero "puede llevar a posiciones de dominio en el mercado". Según Gual, uno de los grandes retos que afronta el sector bancario es la irrupción de los gigantes de la tecnología (Google, Amazon, Facebook o Apple) en el negocio. Gual criticó que desde las propias administraciones se están propiciando cambios regulatorios que están facilitando la entrada de estos jugadores en el sector, como la directiva de pagos PSD2 que obliga a la banca a compartir los datos de los clientes con terceras compañías. "Pueden competir con los bancos y ser más ágiles y precisos en la oferta comercial a través de los datos", ha señalado esta mañana durante su intervención en las jornadas financieras organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y BBVA que se celebran esta semana en Santander.
Según Gual, para evitar esta posible posición de dominio, los legisladores y reguladores deben extender la portabilidad de los datos a los que la banca está sujeta. "Reduce vallas de entrada, pero equilibra el terreno de juego", señaló. Además, propuso extender la regulación sobre privacidad para limitar los datos que las grandes tecnológicas puedan acumular y exigirles responsabilidad fiduciaria, es decir, que usen los datos para el interés del cliente. Por ultimo, aplicar soluciones que tienen que ver con autoridades de competencia. "Hay un conjunto de respuestas legislatorias" para abordar el problema, ha señalado el presidente de CaixaBank.
Gual, sin embargo, restó preocupación a la entrada de las fintech (empresas tecnológicas dedicadas a la actividad financiera) en el mercado ya que el sector ha acabado colaborando con ellas al incorporarlas a su oferta. "Hemos entrado en una fase de beneficio mutuo", dijo.
Preocupación por la reputación
El segundo gran reto de la banca para el presidente de la entidad de origen catalán es mejorar la reputación de la banca. "El sector ha jugado un papel importante en crisis que ha tenido consecuencias adversas en la reputación", aseveró. A su juicio, la única manera sostenible de mejorar reputación es contar con entidades comprometidas ética y socialmente con su entorno. Según Gual, para mejorar esta reputación, las entidades deben evitar el cortoplacismo en sus actuaciones y contar con visión a largo plazo en sus objetivos y prioridades estratégicas que internalicen las consecuencias de las decisiones en el conjunto de la sociedad en la que operan.
Asimismo, apuntó a la necesidad de que el sector se enfoque en grupos de interés más allá de sus accionistas, como los empleados y la trabajadores que generan una mayor vinculación, positiva en el futuro para el negocio. "Evitar el cortoplacismo y apostar un modelo de grupos de interés es fundamental para mantener una estrategia de negocio que mejore la reputación de la banca", concluyó al respecto.
Finalmente, Gual pidió al nuevo Gobierno que aproveche el crecimiento de la economía por encima del 2% "para hacer reformas estructurales del funcionamiento de nuestros mercados de bienes y servicios, recursos y realizar inversiones".