
EDP planea deshacerse de activos en España y Portugal "con exposición al mercado" por un importe de 2.000 millones de euros hasta 2022, a la par que invertirá en nuevas instalaciones, de modo que mantendrá estable su potencia instalada en la Península Ibérica.
Rui Teixeira, consejero delegado de EDP España, reveló esta mañana, durante un encuentro con medios de comunicación, que el Grupo está buscando nuevos emplazamientos para crecer en renovables en España y mostró su confianza en que el Plan de Energía y Clima, "que no me parece mal", le permita tener un incremento significativo a la compañía.
De momento, en los próximos años prevé compensar la venta de 2.000 millones de euros en activos (que dijo aún no tienen identificados) con nuevas instalaciones, de modo que la potencia instalada al final del período se mantenga estable. La empresa cuenta con cerca de 2.500 MW de tecnologías limpias en el país (más de 3.500 MW en total) y piensa invertir, globalmente, 12.000 millones, y sumar 7.000 MW de renovables.
Preguntado por el modelo de crecimiento para las renovables, indicó que prefería subastas de precio fijo a largo plazo, de 15 a 20 años, que tuvieran en cuenta el punto de conexión a las redes para evitar la especulación con los permisos, y tecnológicamente neutras, si bien este último aspecto no lo consideró prioritario.
Mercado de capacidad para las plantas térmicas
Teixeira descartó la inversión en nuevos ciclos combinados de gas y carbón. Reclamó un mercado de capacidad para cubrir los costes fijos de las instalaciones cuando estén a la espera de generar para abastecer la demanda, pidió que se permitiese competir a los agentes y se lamentó de que España y Portugal sean los únicos países de la UE que aún no cuentan con este mecanismo.
Pidió también que los fondos recaudados gracias a las subastas de CO2 se destinen a incentivar la inversión, no necesariamente energética, y llamó la atención sobre la menor aportación de riqueza y bienestar, y la mayor inequidad, que provocaría su incorporación a los Presupuestos del Estado.
En relación a sus grupos de carbón, indicó que Aboño I cerrará a mediados de 2020, mientras que Aboño II y Soto de la Ribera seguirán generando "mientras el mercado lo justifique". Auguró que no serían competitivas al final de la década, por el coste del CO2, pero recordó que se está estudiando su conversión a gas o la combustión de biomasa o residuos.
Sobre la situación de las nucleares, que exigen unanimidad en la toma de decisiones, prefirió mantenerse al margen del conflicto entre los operadores principales y "ver cómo se desarrolla".
Señaló que "a muy corto plazo" se recibirá una oferta formal de la opa de CGT sobre el Grupo sobre la que se tendrán que pronunciar las autoridades de Competencia de la UE y EEUU.