
BBVA ordenó al excomisario José Manuel Villarejo investigar al constructor Fernando Martín, dueño de Martinsa, en dos ocasiones distintas. El exinspector de la policía espió las llamadas del empresario entre 2004 y 2005, dentro de la bautizada como operación Trampa, que buscaba evitar la toma de control de Sacyr sobre el banco.
Asimismo, cuatro años después, en 2009, el expolicía recibió el encargo por parte de la entidad azul de investigar el patrimonio personal del constructor, de su esposa, de sus dos hijos y de sus socios más cercanos, con el objetivo de aflorar bienes y saldar la deuda de unos 80 millones de euros que mantenía con el grupo financiero, tras la quiebra de Martinsa.
Durante el primer espionaje que realizó Villarejo a Martín entre finales de 2004 e inicios de 2005, Martín aún era accionista de la constructora Sacyr. El excomisario buscó conocer en qué posición se situaba el constructor, si junto con los que lideraron el asalto a la entidad, presuntamente encabezado por el expresidente de la constructora Luis del Rivero, o el exaccionista, Juan Abelló, entre otros, o en contra de entrar en el capital de la misma.
Según los documentos del entonces inspector al que ha tenido acceso este diario, Fernando Martín no tomó partido en el plan de asalto a Sacyr y optó por ponerse de perfil en el asunto, a pesar de los intentos de Abelló, que le invitó a diversas cacerías, siempre según el expolicía.
No obstante, para llegar a esa conclusión, Villarejo pinchó el teléfono y controló cientos de llamadas de Martinsa, según el listado de intercepción de las comunicaciones entre finales de 2004 y principios de 2005, a las que ha tenido acceso elEconomista. En el segundo espionaje, BBVA, a través del entonces responsable jurídico del banco para España y Portugal, pidió a Villarejo que realizara un seguimiento a Martín para conocer si escondía dinero en el extranjero.
El excomisario aseguraba a la entidad que la Navidad (el encargo se encomendó en noviembre de 2009) era una buena fecha para iniciar el espionaje, puesto que "la gente se relaja" y viaja a los países en los que tiene el dinero "para palparlo".
Red en el extranjero
La entidad sospechaba, según recogen los papeles de Villarejo, que Fernando Martín había montado un entramado empresarial en varios países del extranjero, como México y Luxemburgo, en los que ocultaba dinero, a la par que en España, meses antes, había declarado el concurso de acreedores de Martinsa.
El grupo financiero entonces liderado por Francisco González pidió al excomisario información de los bienes, para presionar al empresario por la vía extrajudicial y recuperar la deuda por su cuenta.