El empresario portugués Luís Amaral, que controla actualmente un 2% del capital de Dia a través del family office Western Gate, está dispuesto a subir su participación en la compañía para apoyar al consejo de administración ante la opa de LetterOne, el brazo inversor del magnate ruso Mikhail Fridman, dueño de un 29% de la compañía.
Fuentes próximas al inversor han confirmado que "no se descarta ampliar la participación", aunque declinando valorar si actuará o no como caballero blanco del consejo. Aunque estas fuentes declinan pronunciarse al respecto, Amaral ha mantenido en este sentido ya contactos en las últimas semanas con Gregoire Bontoux, accionista de referencia de Carrefour, que ha sindicado sus acciones con los hermanos Pablo y Pedro Gómez Pablos y que con otro 3% también rechazan el plan de LetterOne. Bontoux ha propuesto, de momento, una ampliación de 100 millones, que podría ser discutida en la junta, pero que no se votará, puesto que no ha sido incluida en el orden del día.
Tal y como adelantamos el pasado 22 de enero, Amaral anunció el martes que se posiciona en contra de Fridman, al entender que la ampliación de capital que propone por 500 millones de euros una vez concluida la opa lanzada a 0,67 euros por acción "merma el valor de la compañía" y va en contra del interés del resto de accionistas.
El vehículo de inversión de Amaral acusa a LetterOne de haber "aprovechado la confusión derivada de las importantes pérdidas por deterioro y los efectos cambiarios en 2018 para lanzar una opa voluntaria por Dia a un precio reducido". En su opinión, este precio, que valora en conjunto a la compañía en 417 millones de euros, "no refleja adecuadamente su valor (...) y la ampliación de capital permitirá a LetterOne beneficiarse de un importante potencial de revalorización, en detrimento del resto de inversores".
Amaral, exdirectivo de Unilever, y que controla un holding con 1.426 millones de euros en activos, tiene ya experiencia en el sector de la distribución. La sociedad Amaral Holdings & Hijas, que está domiciliada en España, pero con su matriz en el paraíso fiscal de Curaçao, cuenta con filiales y negocios en el Reino Unido, Portugal, Luxemburgo y Polonia, donde es propietaria de la cadena de supermercados Eurocash, la mayor del país.
Los accionistas de Dia deberán elegir ahora, el próximo miércoles, entre los dos planes de reestructuración propuestos. Uno de ellos, el del consejo de administración, es el más dilutivo para el accionista, aunque, en cambio, es el único que le permitiría beneficiarse a futuro de la revalorización de las acciones. El consejero delegado, Borja de la Cierva, ha propuesto ampliar capital por 600 millones de euros y una operación acordeón por la que se reducirá el nominal de las acciones desde los 0,1 euros hasta los 0,01 euros.
En el lado opuesto de esta guerra está Stephan DuCharme, responsable de L1 Retail, la sociedad de distribución de LetterOne. Propone la ampliación de capital de 500 millones de euros condicionada, eso sí, a que salga adelante la opa lanzada a 0,67 euros por acción y también a un acuerdo de refinanciación con la banca. LetterOne cuenta sobre seguro con el 29% de respaldo a su propuesta, a lo que podrían añadirse otros grandes inversores, como Credit Suisse, actualmente con el 2,25 por ciento, aunque en las últimas semanas se comporta al estilo de Goldman Sachs, con constantes cambios en su participación.
El consejo tiene la peor mano de cartas, porque los minoritarios, que se calculan en casi un 20% del capital, no se están mostrando favorables a su ampliación de capital. Para sacar adelante cualquiera de los dos planes se necesita el respaldo de una mayoría simple, tanto en primera como en segunda convocatoria. Teniendo en cuenta que en las últimas cuatro juntas de accionistas celebradas desde el año 2015 el quórum medio ha sido del 62% del capital, eso provoca que sea prácticamente imposible sacar adelante la operación.