Enagás prevé ralentizar el crecimiento del pago al accionista desde el actual ritmo del 5% anual hasta "al menos" el 1% entre 2021 y 2023, con un desembolso mínimo de 1.984 millones de euros a partir de 2019 y hasta el final del período. A la par, la compañía incrementa el volumen de fondos que el Consejo podrá aplicar discrecionalmente, desde los 828 millones previstos hasta 2020 hasta los 1.798 millones en 2023.
La compañía presidida por Antonio Llardén presentará en las próximas semanas –antes de la Junta, que se celebrará el 29 de marzo– una actualización de su Perspectiva Estratégica 2019-2023, de la que ha avanzado algunas pinceladas durante la presentación de resultados de 2018, celebrada esta mañana. La principal consiste en una reducción del ritmo en el pago al accionista: si entre 2016 y 2020 garantiza aumentar el desembolso a un ritmo del 5% anual, hasta 1,68 euros al final del período, entre 2021 y 2023 esa garantía se reducirá a un mínimo del 1% anual.
Llardén señaló durante su intervención ante los analistas que la política de dividendos no se basa "sólo en un crecimiento a corto, sino que tiene que ser sostenible en el medio y el largo plazo". Recordó que el dividendo se abonará en efectivo, manifestó su voluntad de que "crezca de forma sostenida en el tiempo", y apuntó que el compromiso de crecer al menos al 1% durante el citado trienio se adquiere en un contexto en el que el sistema gasista español obtendrá superávit y con buenas expectativas de demanda –en lo que va de 2019 crece al 6%–, con una relevante presencia internacional de la empresa y una aportación de ingresos diversificada que limita sus riesgos –las filiales internacionales aportan el 20% del beneficio– y tras haber acometido un fuerte desapalancamiento desde 2016: la deuda ha pasado de 5.089 millones a 4.275 millones, con más del 80% a tipo fijo.
1.798 millones de uso discrecional
El presidente apostilló que "esto nos permite que el conjunto de flujos de caja discrecionales que generaremos en el período 2019 -2023 presenten una holgura suficiente para que además de asegurar el compromiso de nuestra política de dividendo, podamos seguir creciendo en el ámbito internacional y, por tanto, contar con flujos adicionales". De acuerdo con los datos presentados por la compañía, en el período citado espera obtener un flujo de caja de 3.516 millones, destinar 392 millones a inversiones ya comprometidas, 1.984 millones al abono del dividendo y 1.798 millones de uso discrecional, una cantidad que se incrementa sensiblemente desde los 828 millones previstos hasta 2020, en buena medida por la reducción de la deuda de la empresa y considerando la devolución de los 435 millones reclamados a Perú en un arbitraje por el Gasoducto Sur Peruano.
Los analistas preguntaron con reiteración sobre las asunciones de este escenario y Llardén explicó que es un caso base, neutro, en el que "no hay cambios ni regulatorios ni mayores compromisos de inversión que los que tenemos hoy". Este caso base, insistió, le otorga un amplio margen "para poder hacer inversiones o hacer frente a cambios regulatorios o devolver deuda". Sobre este caso base han desarrollado otros escenarios "y en todos nos da la tranquilidad de poder dar a medio y largo plazo una visión de sostenibilidad de nuestro dividendo".
La compañía lleva tiempo buscando un socio estable de características similares a las suyas para acometer proyectos internacionales y periódicamente saltan noticias sobre su interés en adquirir compañías. El último caso se produjo hace unas semanas, al trascender que estudiaba la compra de la norteamericana Tallgrass Energy, que fue confirmado por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
"Tranquilidad" con la CNMC
Los analistas también inquirieron con insistencia sobre el efecto del traspaso de competencias en las actividades energéticas reguladas desde el Gobierno a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y su posible impacto en las cuentas de la compañía. Llardén, tras desvelar que ha mantenido una recientes reunión con el presidente del Regulador, José Mª Marín Quemada, aseveró que estaba "muy tranquilo" y consideró que el traspaso aportará "mayor seguridad y transparencia regulatoria", desde el momento en que las decisiones del Organismo estarán al margen de los vaivenes políticos.
Para avalar esta independencia recordó que la CNMC ha publicado una relación de las Circulares de obligado cumplimiento que quiere aprobar durante este 2019, que someterá a información pública. Señaló que la regulación actual tiene el foco sobre la congelación de los costes regulados del sistema gasista, la eliminación del déficit y la absorción de la deuda, y que el próximo planteamiento de la CNMC –actualmente crítico con el nivel de ingresos de Enagás– dependerá de la nueva metodología, "metodología que por sí sola no explica el resultado final, pero sí que marca determinado camino". Añadió que la empresa ya está trabajando para recopilar la información que le demande el Regulador.
Aumento del 10% en la retribución del Consejo
Por otro lado, la compañía ha aumentado en un 10% la retribución a su Consejo de Administración, hasta los 4,6 millones, de acuerdo con la información remitida a la CNMV. El presidente Llardén percibió 1,89 millones –un 5,7% de incremento– repartido en un millón de sueldo, 593.000 euros de retribución variable a corto plazo, dietas por 30.000 euros y unas remuneraciones fijas de 273.000 euros por otros conceptos. Las aportaciones a su sistema de ahorro se incrementaron en 240.000 euros, de modo que ya acumulan 2,58 millones.
En la Junta también se nombrará consejera independiente a Eva patricia Urbez, actual directora general del Departamento de Mercados Estratégicos en Fujitsu España y miembro del Comité Ejecutivo de Iberia de la empresa. Gracias a ello, la presencia de mujeres en el Consejo de Enagás alcanza el 30% establecido por el Código de Buen Gobierno.