El beneficio de Enagás se redujo un 9,8% en 2018, hasta los 442 millones de euros, por el efecto de la consolidación en sus cuentas de la regasificadora chilena de Quintero. En términos stand alone, el beneficio de la compañía sube un 1%. Propondrá un aumento del dividendo del 5%, hasta los 1,53 euros brutos por acción.
Con una facturación de 1.342,2 millones, el resultado bruto operativo (ebitda), ascendió a 1.060,7 millones, un 4,5% menos, en línea con lo previsto si descontamos el efecto de la consolidación de Quintero, participada en un 45,4%. Esta instalación de regasificación de GNL le permitió impulsar el resultado de 2017, pero ahora lastra los de 2018.
Con un margen bruto (ebit) que baja un 5,6%, hasta 691 millones, el beneficio neto del grupo se quedó en 442,6 millones, experimentando un retroceso del 9,8%. Las sociedades participadas por la firma presidida por Antonio Llardén le aportaron un 19,6% de beneficio, sumando 102,3 millones al flujo de caja -que también bajó un 7,6%, situándose en 805,2 millones-, un poco por encima de lo previsto.
Las inversiones en España se quedaron 60 millones, mientras que el desembolso de capital para la actividad internacional fue de 192,9 millones, marcada por la devolución de 415 millones por el cierre financiero del Gasoducto Transadriático (TAP) y la venta de la sueca Swdegas por 100,5 millones.
El endeudamiento neto se situó en 4.275 millones, por debajo del objetivo de 4.630 millones. Baja en 733 millones, un 14,6%, e incluye 645 millones de Quintero, elemento que incrementa su coste desde el 2,7% al 2,8%; sin considerar esta filial, el coste se queda en el 2,3%.
La sociedad propondrá un aumento del dividendo del 5%, en línea con lo previsto, hasta los 1,53 euros por título. Durante el ejercicio las agencias S&P y Fitch confirmaron la calificación de la compañía en A-.
Con vistas al período 2021-2022, plantea una ralentización del dividendo.