La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento han llegado a un principio de acuerdo para regular la actividad de Uber y Cabify. Ambas administraciones han elaborado un nuevo borrador al que ha tenido acceso este diario de la propuesta de modificación de la ley que están presentando a los taxistas y a las VTC para tratar de llegar a un pacto que permita lograr la paz en el sector.
El texto introduce un nuevo concepto con el que busca contentar a ambos colectivos: la precontratación espacial. Este modelo supondría una nueva forma de contratar los servicios de Uber y Cabify basada en la distancia respecto al cliente, en lugar de en el tiempo de antelación. Es decir, que cuando un usuario pida una VTC, no acudiría el coche que esté más cerca, como hasta ahora, si no el que se encuentre a la distancia mínima fijada por la Administración, que según el borrador son 300 metros por ley, ampliables a un máximo de 500 metros por parte del Ayuntamiento siempre y cuando respete los criterios de "proporcionalidad conforme a la afección al dominio público, al tráfico urbano y al estacionamiento".
Si los coches son Cero Emisiones la distancia se reduce a los 150 metros
La propuesta de modificación de la ley 20/1998 incluye una excepción para los vehículos no contaminantes o Cero Emisiones (eléctricos, GNL), que según anunció Cabify serán la mayoría de su flota en los próximos años. En este caso se podrá precontratar su servicio "a una distancia de 150 metros respecto de la ubicación de la persona" que solicite el coche, distancia que las ordenanzas municipales podrán elevar a un máximo de 250 metros.
El taxi considera deficiente e ilegal esta propuesta y busca que como mínimo sea de un kilómetro para empezar a hablar y planteárselo a los socios.
Para el control de estos requisitos de espacialidad en la precontratación, Uber y Cabify tendrán que almacenar y conservar electrónicamente durante tres meses el geoposicionamiento de los vehículos que prestan el servicio y dársela a la administración competente cuando se la solicite. A su vez, tendrán que conservar la hoja de ruta y registrar los datos del servicio, tal y como se contempla en ley estatal.
El proyecto de modificación de la ley también prohíbe expresamente la captación de viajeros y que las VTC circulen en vacío por la ciudad por lo que, una vez finalizado el servicio tendrán que aparcar o volverse a la base. En este punto, el texto no dice nada sobre si tendrían que aparcar en un parking, como exigen los taxistas. Sólo apunta a que tienen que estar a menos de 100 metros de aeropuertos, estaciones de ferrocarril, autobuses, hoteles, centros comerciales, paradas de taxi y cualquier lugar en el que se esté celebrado un evento de afluencia masiva, como un partido de fútbol o un concierto.
"Hemos pactado eliminar el concepto del precontratación temporal, en el que hay un desacuerdo absoluto y nos podría llevar a reclamaciones multimillonarias, como ha advertido la CNMC, y se ha apostado por introducir algo nuevo que yo creo que puede ser válido todos que es el de precontratación espacial. Es decir, que haya una distancia entre la VTC que se pide y el cliente", ha explicado esta mañana en Fitur el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido.
En este punto, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, defendió que "con el espaciamiento geográfico se pueden lograr los mismo efectos o mejores que con el tiempo de espera entre la contratación del servicio y su prestación efectiva", explicó Carmena.
El apoyo de todos
El presidente de la Comunidad de Madrid ha dejado muy claro que la propuesta tiene que ser aceptada tanto por los taxistas como por las VTC puesto que "no va a regular en contra de nadie". Así, ya se está reuniendo con los colectivos para plantear la alternativa espacial y explicar otra serie de detalles que también se incluyen en el texto de consenso. "Se lo tendremos que presentar a taxistas y VTC para que lo aprueben porque yo no voy a aprobar nada que no lleve el consenso de todos... todos tenemos que ceder algo aquí porque sino no vamos a llegar a ningún acuerdo", instó Garrido por la mañana.
Así, la resolución de la guerra del taxi está ahora en manos de ambos colectivos y los partidos políticos que formas parte de la Asamblea. En este sentido, las asociaciones del taxi han decidido que sea el gremio el que vote el borrador si les parece suficiente, algo que no parece, por lo que pondrán urnas en las calles.
De momento no hay postura oficial por parte de las VTC pero en este caso hay que tener en cuenta que la Comunidad de Madrid sí que se ha reunido en varias ocasiones con los representantes del sector, que han asegurado que se tendrán que ir de Barcelona si les ponen una precontratación de 15 minutos.
Además, en la reunión técnica se ha avanzado en otras cuestiones, como la licencia urbana para los taxis, cuestión que había reclamado el Pleno municipal y que por el decreto estatal tiene una moratoria de cuatro años. En este punto, Ayuntamiento sigue trabajando en la elaboración de la ordenanza de VTC en la que "se fijaran cuestiones muy importantes como jornadas, horarios, etcétera, al igual que ya se encuentra regulado el sector del taxi", explican fuentes del Consistorio madrileño. Entre estas regulaciones, el Ayuntamiento ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que su ordenanza obligue a reducir un 50% la flota de las VTC los fines de semana, tal y como explicó Carmena.
La propuesta de la Comunidad de Madrid tendrá que ser aprobada por vía de urgencia y con lectura única para que de tiempo a modificar la Ley 20/1998 de Ordenación y Coordinación de los transportes urbanos de la Comunidad de Madrid antes de que se cierre la Asamblea a finales de marzo por las elecciones de mayo. Si se hace por vía de urgencia todavía hay un plazo de dos semanas para negociar y presentar y aprobar la propuesta de modificación. Eso sí, necesitaría el apoyo de Podemos y PSOE o el de Ciudadanos para poder tramitarlo sin enmiendas.