
Ferrovial da un paso más en la venta de su división de Servicios, valorada en 3.000 millones de euros. Tal y como ha podido saber elEconomista, Uría Menéndez ha sido la firma elegida por la constructora para coordinar la parte legal de este proceso que, según las fuentes financieras consultadas, todavía se encuentra en una fase muy inicial.
Uría Menéndez se suma al banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, que ha puesto al frente al equipo de Olaf Díaz-Pintado y que lleva trabajando unos meses en este proceso elaborando el cuaderno de venta y buscando potenciales compradores, entre los que destacarían los grandes fondos de capital privado internacionales. La firma de servicios profesionales KPMG también ha conseguido participar en este proceso -uno de los más esperados del año- con la elaboración de la due diligence.
Cabe recordar que esta transacción se puso en marcha durante el pasado otoño, después de que la constructora controlada por la familia Del Pino recibiera muestras de interés por parte de inversores como el fondo Pai Partners, tal y como adelantó este diario a finales del pasado mes de octubre. Pese a que la intención de Ferrovial era firmar esta desinversión a principios de año, todo apunta que la complejidad del proceso por la diversidad geográfica (Reino Unido, España, Australia, Estados Unidos, Chile y Polonia) y de negocios retrasará la operación al primer semestre de este año.
Según las fuentes consultadas, su intención pasa por vender la totalidad de esta división -que engloba su negocio de tratamiento de residuos o de gestión del agua, entre otros-, aunque no descarta una desinversión parcial en función de las ofertas recibidas y si puede obtener unas plusvalías mayores, como ha ocurrido en otras operaciones de infraestructuras, caso de Ufinet el pasado año.
Ferrovial Servicios se erige en el mayor generador de ingresos del grupo español, con 7.069 millones en 2017 (el 57,9 por ciento del total) y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 423 millones (el 45,4 por ciento). Sin embargo, la división está detrás de las pérdidas (161 millones) en que incurrió en el primer trimestre por las provisiones de Amey, su filial británica.