
La cifra de recortes de empleos en el sector financiero regresa a niveles de la crisis. La búsqueda acelerada de eficiencia y rentabilidad ante las exigencias de los supervisores nacionales y europeos junto con las fusiones habidas y las que están por llegar abren este año una nueva ola de ajustes en las plantillas que apuntan a 7.500 empleos menos, superior a los niveles de destrucción de empleo por la banca alcanzados en 2009 o en 2014. El nuevo recorte supondría en torno a un 4% menos de trabajadores en la banca frente a un año antes.
Las últimas cifras del Banco de España reflejaban que en 2017 había 192.626 trabajadores en las entidades con presencia en España. A pesar de que aún no hay datos cerrados del ajuste concreto de empleados realizado por la banca en 2018, según los planes puestos sobre la mesa el año pasado por las entidades financieras, el recorte habría alcanzado los 3.800 empleos entre la fusión de Bankia y BMN, el ERE en los servicios centrales de Santander y Popular o los ajustes de Liberbank e Ibercaja. Esta última cifra ya duplicó la pérdida de empleo de 2017, ejercicio que se convirtió en el año con menos destrucción de empleo en la banca de la última década, con 1.667 salidas.
La segunda parte del ERE del Santander, que se realizará una vez se integren los sistemas informáticos del banco cántabro en las oficinas del Popular, podría conllevar un recorte de 3.000 empleados, según información remitida por el banco a la Audiencia Nacional y publicada por Vozpópuli. La entidad, inicialmente, iba a comenzar la negociación sindical el pasado mes de octubre, pero finalmente, según ha informado el consejero delegado, José Antonio Álvarez, en varias ocasiones, las iniciará durante el primer trimestre de 2019. Éste es el mayor recorte de plantilla que se espera, aunque le sigue muy de cerca el de CaixaBank. La entidad anunció durante la presentación de su Plan Estratégico el pasado noviembre un nuevo ajuste de plantilla que apunta a unas 2.000 salidas durante los próximos tres años. El banco y los sindicatos comenzarán las negociaciones el próximo día 10.
Unicaja también llevó a cabo una negociación sindical en diciembre que se cerró con 960 empleos afectados. Del mismo modo, el banco evitará realizar las salidas de forma traumática y pronostica que los recortes se harán a tres años. Liberbank, por su parte, inició en junio de 2017 un ERE que afectaba a 525 empleados, lo que suponía el 13% de la plantilla. Las salidas terminarán de ejecutarse en este primer trimestre del año. No obstante, si la fusión de estos últimos sale adelante (aún está en periodo de negociaciones), los analistas pronostican que la operación generará duplicidades en un 10% de las oficinas. Esto, y siempre según el consenso del mercado, podría conllevar ajustes de plantilla de en torno a otros mil empleados.