
La salida de Francisco González de la presidencia de BBVA, que se oficializará hoy con su participación en el último consejo de administración, coincide con un momento convulso y de plena actividad corporativa en el banco.
La entidad tiene en marcha distintas operaciones de venta para mejorar su cuenta de resultados y su solvencia, y tapar algunos agujeros dejados por inversiones cuestionadas como la aventura turca.
La marcha del histórico ejecutivo financiero se produce en plenas negociaciones del banco para vender una parte de su filial de seguros generales en todo el mundo, donde ya algunas aseguradoras han mostrado interés por asociarse en este ramo del negocio con el banco azul. Entre estos posibles interesados se encuentra Allianz, que romperá su pacto con Santander próximamente, y Mapfre. En el mercado se valora en unos 2000 millones esta previsible transacción.
La entidad también ha puesto en venta la financiera de consumo de Chile, el único activo que tiene en el país sudamericano tras la desinversión de la franquicia bancaria a Scotiabank hace unos meses, que le reportó ganancias netas de 640 millones de euros. Con este paso, de materializarse la operación, BBVA abandonaría Chile definitivamente después de veinte años de presencia en este mercado,
En los últimos meses de mandato de González el banco también ha materializado la venta de todos los inmuebles adjudicados en carteras con el fin de quitarse un lastre y elevar la rentabilidad futura. Esta cartera suma más de 11.000 millones de pisos y suelo e incluye la plataforma de gestión Anida.
En algunos círculos se llegó a hablar de la posibilidad de que el aún presidente tuviera la intención de que el grupo dejara Venezuela, un mercado que ahora no reporta ningún tipo de beneficio por hiperinflación que sufre la economía del país. Pero esta transacción no ha sido nunca confirmada por la entidad.
La gestión de González ha estado caracterizada por el movimiento de continuo de filiales, bien por necesidad de hacer caja o por el fracaso de no lograr los objetivos previstos inicialmente. Durante los últimos ejercicios la entidad se desprendió de la franquicia de Panamá o se salió de China, una de las grandes apuestas del propio banquero de Chantada.
Eso sí, BBVA en este tiempo se ha reforzado en otras zonas, como Turquía – donde hoy acumula minusvalías latentes de más de 5.000 millones- y ha potenciado su presencia en fintech y en los denominados neobancos dentro del plan de transformación digital.