
La banca se fija 2020 para reducir el ladrillo que le queda en su balance a la mínima expresión. Entre los planes estratégicos de Bankia, Liberbank, Ibercaja y la cartera de locales comerciales puesta a la venta por el Santander, las entidades planean desinvertir al menos unos 12.500 millones de euros de activos improductivos en los próximos 24 meses.
Por el momento, falta conocer los objetivos que se marcará CaixaBank al respecto, entidad que presenta el próximo día 27 en Londres su nuevo plan estratégico, mientras que la entidad que lidera Ana Botín ha retrasado la presentación de sus nuevos objetivos a inicios del próximo año a la espera de conocer cómo se desarrollaban las elecciones del pasado mes de octubre en Brasil. La salida de Reino Unido de la Unión Europea, que debe materializarse en marzo, también es importante para el grupo.
Las entidades españolas han acelerado la desinversión de su ladrillo de forma trepidante en los últimos 15 meses. Banco Sabadell vendió durante este verano cuatro carteras de activos improductivos por un valor bruto conjunto de 12.200 millones de euros. Estas operaciones permitieron a la entidad cumplir de un sólo golpe con el objetivo que se había marcado en el Plan Estratégico 2018-2020 de reducir 2.000 millones de euros al año sus activos improductivos.
A cierre del tercer trimestre de este ejercicio, la entidad que encabeza Josep Oliu mantenía en su balance 13.630 millones de ladrillo tóxico, sin embargo, una vez se cierren las ventas realizadas este verano, la exposición se verá reducida casi a la mitad con 7.667 millones de euros, la mayor parte conformada por créditos dudosos. La exposición de adjudicados ha quedado reducida a unos 1.200 millones.
Reducción ordenada
En lo que respecta a Bankia, la entidad proyectó en su Plan Estratégico a 2020 una reducción anual de los activos improductivos de 2.900 millones de euros, lo que implicaría una limpieza de 8.700 millones a tres años. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri ha desinvertido en los tres primeros trimestre del año 2.400 millones de euros, según las últimas cuentas a cierre de septiembre, quedándole para el actual la venta de otros 500 millones.
Por tanto, unidos a los 2.900 millones a desinvertir para 2019 y 2020 respectivamente, le haría una suma de 6.300 millones de euros aún por limpiar. Del mismo modo, Liberbank cerró el tercer trimestre del año con unos activos improductivos brutos por valor de 3.600 millones de euros, un 25% menos de los que tenía un año antes.
El banco se marca como objetivo dejar su balance a cierre de 2020 en 1.700 millones, es decir, 1.900 millones de euros menos de la actual. Finalmente, Ibercaja, que también presentó sus objetivos a 2020 en marzo, anunció una previsión de reducción de sus activos tóxicos del 50% a tres años, lo que implicaría unos 1.850 millones de euros menos.
15 meses, a la carrera
Santander dio el pistoletazo de salida a esta carrera con el traspaso del 50% del ladrillo del Popular a Blackstone, operación anunciada en agosto del año pasado. Desde entonces, la mayor venta del banco fue una cartera de pisos y garajes a Cerberus este mes de septiembre, por un precio de compra de unos 1.535 millones de euros. Así, el banco aún mantiene otra segunda cartera de adjudicados con un valor bruto de entorno a 2.400 millones a la venta.
En la actualidad, el banco tiene 9.700 millones de euros brutos de estos activos en su balance, aunque en el momento en el que se hagan efectivas estas ventas podrían quedar reducidos a unos 2.300 millones de euros, una exposición nimia en sus cuentas.
CaixaBank y BBVA han sido otros dos de los grandes protagonistas de las mayores desinversiones en activos improductivos. La entidad que encabeza Jordi Gual anunció en septiembre el traspaso del 80 por ciento de su ladrillo al fondo Lone Star, lo que también dejaría el valor de sus adjudicados en el balance en 600 millones netos, una vez se cierre la operación.
No obstante, la posición en bruto de dudosos y adjudicados se situaría en torno a unos 2.500 millones de euros. Por su parte, BBVA también anunció a finales del año pasado el traspaso del 80 por ciento de sus activos improductivos al fondo Cerberus, operación cerrada el pasado mes de septiembre y que se materializará en breve en su balance.
Los fondos de inversión más activos en la compra de carteras en los últimos meses han sido Cerberus, Blackstone y Lone Star. Entre los tres suman adquisiciones por unos 48.000 millones de euros de activos adjudicados y dudosos de la banca española y la Sareb. Concretamente, Cerberus se hizo con el 80% del ladrillo del Sabadell, con el 80% de dos carteras de adjudicados del Sabadell valoradas en 9.100 millones de euros brutos y con otra cartera de residenciales del Santander de unos 2.500 millones de euros.
Blackstone tiene el 51% del ladrillo del Banco Popular, porcentaje valorado en 15.800 millones de euros. Finalmente, Lone Star adquirió el 80 por ciento del negocio de CaixaBank valorado en 10.240 millones. Deutsche Bank se ha hecho este año con carteras de Sareb, CaixaBank y Sabadell valoradas en 3.600 millones.