
La reacción del empresariado y de la banca mexicana ante la decisión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto internacional de Texcoco -tras una consulta popular con sólo 750.000 participantes- y dilapidar 2.625 millones de euros de obra ya ejecutada, no se ha hecho esperar.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, se plantó inmediatamente después de que se diera a conocer el resultado de la consulta que AMLO dice acatar para tomar la decisión de revertir el proyecto en el que participan las españolas FCC, Acciona, Sacyr y Aldesa: "Condenamos el despilfarro, esto afecta al patrimonio de todos los mexicanos".
Desde el Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón hizo énfasis en la pérdida de entre 100.000 millones y 120.000 millones de pesos -hasta 5.260 millones de euros- y de 46.000 empleos, incluyendo las liquidaciones de contratos que están vigentes por la edificación.
Pero quizás las críticas más fuertes llegaron desde la banca. BBVA Bancomer, el grupo bancario más grande del país, dijo a través de su director, Eduardo Osuna, que se trata de una "mala decisión", que además afectará a las perspectivas económicas que el banco haga de la economía mexicana y destacó que el problema no es la cancelación del proyecto como tal, sino el mensaje de incertidumbre que se ha generado para inversiones a largo plazo.
Otro gigante de la banca en México, Citibanamex, calificó el asunto como "una derrota para el sentido común". Mediante una nota especial, los principales economistas del grupo para México aseguran que se mantienen "altamente escépticos sobre la viabilidad de la propuesta alternativa de AMLO". Aseguran que la decisión implica un deterioro significativo de la economía hacia adelante, y subraya que el costo de la cancelación del proyecto ha sido subestimado y será muy costosa la indemnización a los inversionistas. "Un acuerdo negociado con acreedores es el resultado más factible, pero nuestros estrategas de deuda piensan que será un largo proceso. Por lo pronto, pensamos que a final de cuentas serán necesarios recursos fiscales adicionales", apuntaron.
UBS incluso se aventuró a sugerir que la decisión de AMLO podría ser el primer síntoma de una ambición dictatorial. En una nota de analistas, el banco suizo dijo que lo más importante para los inversionistas debe ser la consulta, no el aeropuerto. "Creemos que el objetivo principal del presidente electo era legitimar la consulta como una forma de tomar decisiones hacia adelante", indicó. Con mayoría absoluta en el Congreso, "aumenta la posibilidad de que se apruebe un referéndum para validar cambios constitucionales en el futuro, incluyendo extender potencialmente el mandato presidencial de seis años".