Empresas y finanzas

La banca pierde ingresos de 50.000 millones en los créditos a empresas

  • El desplome de los tipos y la menor actividad provocan este 'agujero'

Los bancos esperan como agua de mayo una subida de tipos de interés que se viene atrasando en el tiempo desde hace unos años. El desplome del euribor hasta niveles insólitos y nunca vistos está provocando una sangría de pérdida de ingresos a las entidades, que está lastrando su cuenta de resultados.

Según un estudio de Bankia, a raíz de datos del Instituto Nacional de Estadística y del Banco de España, el sector está recibiendo unos 50.000 millones de euros anuales menos que hace diez ejercicios por la cartera de créditos a las empresas. A esta cantidad -que en concreto son 50.605 millones- habría que sumar el descenso de las cuotas de la financiación otorgada, sobre todo, para la adquisición de viviendas.

En 2017 el conjunto de las compañías aportó a la banca únicamente unos 10.000 millones por el pago de intereses frente a los más de 60.000 millones que abonaban por los préstamos solicitados.

Este agujero se debe en su mayor parte al hundimiento del euribor hasta el terreno negativo, en el que se encuentra desde principios de 2016. Pero otro porcentaje de los menores ingresos por intereses viene derivado de la menor actividad del sector en este segmento. Las empresas han estado reduciendo en los últimos años su endeudamiento y muchas de ellas han acudido a otras fuentes, como el mercado secundario (bonos y obligaciones) cuando han necesitado recursos.

El documento del servicio de estudios de Bankia cuantifica en unos 20.000 millones el detrimento de los márgenes operativos por el efecto de la caída de los tipos desde 2013, mientras que el menoscabo por un descenso de los volúmenes de negocio se limita a algo más de 6.000 millones. Es más, el perjuicio por esta segunda causa fue prácticamente irrelevante el año pasado, con lo que el único móvil de la pérdida de ingresos por intereses de la banca es en la actualidad la política monetaria del BCE, que mantiene el precio oficial del dinero en el 0%.

Movimiento del BCE

Desde el sector se viene reclamando al organismo europeo que mueva ficha lo antes posible, ya que los beneficios para el crecimientos se están convirtiendo en desventajas. A día de hoy no espera que el BCE vaya a elevar las tasas hasta, al menos, septiembre de 2019. En el mercado ya se está especulando con la posibilidad de que la institución que preside Mario Draghi posponga su decisión de incrementar los tipos como consecuencia del impacto de la crisis por la que atraviesan Turquía y algunos países emergentes por su batalla con EEUU.

Un nuevo retraso sería nefasto para los objetivos que se han marcado las entidades en sus planes estratégicos trianuales, ya que están basados en expectativas de que el euribor se acerque a la barrera del 1% positivo en 2020.

De momento, este indicador de referencia para buena parte de los préstamos variables en nuestro país se sitúa en negativo, aunque ha comenzado a dar las primeras muestras de recuperación.

La media mensual de agosto apunta a un -0,171% cuando en marzo se cambiaba por -0,191%, mínimo histórico.

Las entidades tendrán que buscar alternativas para conseguir sus metas de rentabilidad si el movimiento del BCE se aplaza una vez más. Una de las palancas con las que cuentan es el aumento de los ingresos por comisiones, vía que ya se está explotando por parte del sector. Otra es el recorte de los costes operativos, con más recortes de oficinas y personal.

El precios de los préstamos empresariales no ha dejado de bajar desde 2013, cuando los intereses tocaron su máximo como consecuencia de las restricciones que aplicaban los bancos como consecuencia de la situación por la atravesaba el país, que se vio obligado a reclamar un rescate financiero a sus socios para que varias entidades pudieran sanear sus balances.

En la actualidad las nuevas operaciones de financiación empresarial con importes superiores a un 1 millón de euros conllevan el pago de unos intereses del 2,08%, un porcentaje que es similar al de la media europea. La tasa es muy inferior a la de Alemania, que alcanza el 2,39%. En 2013 las empresas de nuestro país debían abonar más de un 5% para lograr un préstamo, mientras que las compañías germanas apenas un 3%.

Los tipos para las pymes también han descendido, del 3,5 por al 1,65%. En este caso, el coste es mayor en el conjunto de la UE, donde las pequeñas y medianas empresas pagan un 1,3%.

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