
Atlantia prepara la visita a España de su primer ejecutivo, Giovanni Castellucci, para reunirse con miembros del Gobierno y analizar conjuntamente las condiciones de la oferta pública de adquisición (OPA) que la concesionaria italiana ha lanzado sobre Abertis, según fuentes próximas al proceso. Hasta la fecha, apenas se han producido dos contactos entre la empresa transalpina y el Ministerio de Fomento.
El viaje de Castellucci, previsto para próximas fechas, servirá para palpar de primera mano la posición de Moncloa respecto a la operación. "Por encima de cualquier otra cosa, y con estricto cumplimiento de la legalidad, tenemos claro que hay que defender el interés general del país", reiteró ayer el ministro de Fomento Íñigo de la Serna. Un objetivo que no esconde su preocupación porque un grupo extranjero pueda tomar el control de Hispasat, la firma de satélites de telecomunicaciones española, y de varias de las principales concesiones de autopistas de España.
Fuentes gubernamentales admiten las "reticencias" a la operación. El malestar parte desde que se difundieran las intenciones de Atlantia sin que el Ejecutivo apenas tuviera información al respecto. Con su visita, Atlantia tratará de calmar los ánimos y vender las bondades del proceso, así como las oportunidades que puede suponer para el desarrollo de Abertis.
Convencer al Gobierno es un paso fundamental. Al fin y al cabo, éste tiene voz y voto, puesto que cuenta con un derecho de veto ante cualquier cambio accionarial en Hispasat -el Estado controla el 9,3% y Abertis el 90,7% restante-. La italiana está abierta a negociar, de modo que podría traspasar la participación o ceder sus derechos.
Pero no es el único escollo, ya que la operación está supeditada a que el consejo de ministros apruebe el cambio de titularidad de las concesiones de las autopistas de peaje, según han reseñado miembros del equipo de Mariano Rajoy. "Necesitaría también la autorización del consejo de ministros en virtud del artículo 31 de la ley de autopistas y conforme a la doctrina consolidada del consejo de Estado", remarcó De la Serna el martes.
"Lo que hará el Gobierno será respetar al máximo la ley, dar o no las autorizaciones en función de las características que se vayan a producir", abundó ayer. No obstante, fuentes jurídicas afirman que la compra de Abertis por Atlantia no cambia la estructura accionarial de las concesionarias, por lo que no requeriría la aprobación del Ejecutivo.
De cualquier modo, toda negociación con el Gobierno de España servirá de poco si los accionistas de Abertis rechazan la oferta de Atlantia. La propuesta se lanza en efectivo por el 100% del capital de la empresa catalana, pero condicionada a que el 10% se canjee por acciones especiales de la italiana y a que el 50% más una acción la acepten.
En este punto, el papel de Criteria, el holding industrial de La Caixa, es clave. Con el 22,3% de las acciones, su decisión servirá de referencia para los minoritarios. La entidad dijo el 15 de mayo que tomaría su tiempo para pronunciarse. Atlantia quiere contar con Criteria como accionista estable y ofrece hasta tres puestos en el consejo para los inversores de Abertis. Precisamente, la gobernanza futura es una de las aristas del proceso.