
El presidente de ACS, Florentino Pérez, se juega en poco más de un mes un bonus valorado en 18 millones de euros. La constructora aprobó en 2014 un plan de opciones que le otorgaba un premio de 540.050 acciones siempre que la acción estuviera por encima de los 33,9 euros. El plazo para ejercitarlo culmina el próximo 30 de abril y las acciones del grupo español cerraron ayer a un precio de 30,91 euros (+1,28%). Esto implica que para poder beneficiarse de este programa, la cotización de ACS ha de revalorizarse un 9,7% en las próximas cinco semanas.
El también presidente del Real Madrid, en cualquier caso, ganó 5,93 millones en 2016, la misma cantidad que en 2015. De ellos, 4,57 millones corresponden a su salario y 1,36 millones como aportación anual a su plan de pensiones, que alcanza ya los 39,67 millones.
El plan de opciones de ACS incluye un reparto de 6,2 millones de acciones de la compañía entre 60 directivos, lo que supone que hubiesen repartido un premio valorado en 210 millones, que en estos momentos parece muy lejano.
Entre ellos figuran Marcelino Fernández Verdes, presidente y consejero delegado de Hochtief y presidente de Cimic, y Eugenio Llorente, presidente y consejero delegado de Servicios Industriales, quienes igualmente tenían reconocidas las mismas acciones que el presidente de ACS, por lo que optan a embolsarse otros 18 millones.
A lo largo de los últimos cinco años, el precio de los títulos apenas ha alcanzado un máximo de 34,33 euros -el 13 de junio de 2014-, antes incluso de la aprobación del plan, pero la salida de algunos de los principales accionistas de la compañía en los últimos tiempos ha puesto aún más en jaque la revalorización de los títulos.
De acuerdo con el último informe de Gobierno Corporativo del grupo, los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, los Albertos, prosiguieron el año pasado con su lenta pero continuada huida del capital de ACS. Corporación Financiera Alcor, el vehículo a través del que controlan sus acciones en la constructora, se desprendió durante el último ejercicio de títulos por el equivalente al 1,2% del capital. De este modo, su presencia se limita al 5,14%, frente al 6,3% que tenía un año antes.
Su progresiva salida está secundada por la de la familia March, históricos accionistas de ACS desde su fundación. A través de Corporación Financiera Alba, ostentaba al cierre del ejercicio el 7,24%, más de cuatro puntos por debajo del 11,69% de un año antes. Una rebaja que ha prolongado en el arranque de 2017 y, así, los banqueros mallorquines ya sitúan su participación en el accionariado del mayor grupo constructor del mundo en el 4,73%.
Tanto los March como los Albertos llegaron a superar el 20% del capital de ACS, pero ahora han decidido diversificar sus inversiones hacia otros destinos. Pérez toma así distancia como primer accionista del grupo, con un 12,52% del capital -controlado a través de Inversiones Vesan-.
Ahora el segundo accionista es otro histórico, la familia Fluxà (Iberostar), que conserva el 5,61%. Sin embargo, los hoteleros mallorquines, como los March, han salido del consejo de ACS en los últimos meses para tener mayor libertad a la hora de vender acciones, por lo que también están de salida. En este escenario, el free float del grupo alcanza ya el 66,48%.
Florentino Pérez se presentará en la próxima junta de accionistas de ACS, que se celebrará el 3 de mayo, sin los March ni los Fluxá en el consejo, y con un accionariado muy atomizado. Salvo una fuerte subida en las próximas semanas, la errática evolución de la acción en los últimos años impedirá ejercitar el macrobonus para directivos de 210 millones. Ahora bien, el grupo ya ha incluido en el orden del día de la junta la autorización de un nuevo programa de opciones para un periodo superior a los tres años.