
La gestora de patrimonios Dunas Capital puja fuerte por captar recursos de las aseguradoras. Conocedora de la dificultad con que tropieza estas compañías para encontrar activos que renten con el actual escenario de tipos ultrabajos, les ayudará a invertir en aviones, buques y proyectos de eficiencia energética, a través de fondos con los que aspira a captar de 300 millones a 500 millones de euros en cinco años.
Para lanzar la propuesta, inédita en España, ha creado la unidad Dunas Real Assets, a cuyo frente sitúa a Gregorio Herrera, el que era máximo responsable de una división gemela en el Santander y que ha reclutado para su equipo a los también santanderes Miguel Cacho, Inés Aguinaga y Javier Hidalgo. Estos expertos suman quince años de experiencia en estos atípicos activos, con operaciones de inversión próximas a los 3.500 millones, indicaron fuentes del mercado.
La apuesta arranca en aviación con el diseño de un fondo que buscará captar entre 50 millones y 100 millones, dejando para una fase posterior replicar estructuras que faciliten la incursión en navieras y eficiencia energética. El vehículo invertirá en tres o cuatro aeronaves que ya se encuentren alquiladas a largo plazo y tratando de diversificar aerolíneas, geografías y hasta equipo -baraja incluir además helicópteros-. Los aviones tienen una vida útil de 25 o 30 años, pero el fondo se creará para 10-12 años, porque la intención es recolocar las aeronaves a buen precio a mitad de su vida útil.
Dunas Capital, propiedad de exdirectivos del Santander, la naviera Ernship y la familia Alvargonzález, abrirá los vehículos a todo inversor institucional -bancos, gestoras, fondos y planes de pensiones, compañías de seguros, sociedades de valores, etc-, que podrá limitarse a buscar una rentabilidad a su tesorería o utilizarlos de subyacente para diseñar sus propios productos.
Tres o cuatro aviones alquilados
Sin embargo, el cliente prioritario es el mundo asegurador, donde, según las fuentes consultadas, habría más de 40 firmas interesadas. A pesar de ser insólita aquí, se trata de una inversión común entre aseguradoras alemanas, británicas, estadounidense o austriacas, donde existen fondos similares. La razón es que es un activo fungible, con una cobrabilidad muy alta -si la aerolínea hace default, el dueño del avión lo recoge y recoloca-, ofrece rentabilidades de entre el 8 y 10% y la posibilidad de sufrir sobrecostes son bajas porque el contrato obliga a las aerolíneas a soportar los costes de mantenimiento, refieren las fuentes consultadas. Estas garantías hacen que el consumo de capital sea mínimo para una aseguradora, agregan.