Sorpresa en el lanzamiento de la esperada fusión entre Bankia y BMN. El fondo de reestructuración (FROB) aprobó ayer analizar la integración sin esperar a la configuración de un nuevo Gobierno, en contra de la tesis defendida por el ministro de Economía, Luis de Guindos, de que sería tarea del nuevo Ejecutivo porque deberá ocuparse de negociar el proceso con Bruselas. El nuevo grupo nacionalizado se convertirá en el cuarto banco español.
En el mercado apuntaron que se abre, sin embargo, cuando la opción del PSOE con Pedro Sánchez parece socavada y el calendario apremia. Si España no solicita y logra una prórroga de la Comisión Europea, ambas deben estar privatizadas en 2018.
La Comisión Rectora del FROB, organismo dependiente de Economía, aprobó explotar el proyecto y contratar asesores externos para que evalúen dicha posibilidad, junto a otras alternativas, a fin de maximizar el valor de las franquicias de cara a la recuperación de las ayudas inyectadas. A renglón seguido lo comunicó a los presidentes de los bancos, Ignacio Goirigolzarri, y Carlos Egea, para que inicien los trabajos de análisis económicos y sentido estratégico, valoración y canje accionarial pertinente, así como de la configuración del grupo, su ensamblaje y potenciales sinergias.
Según el FROB, se trata "exclusivamente de una actuación de estudio" sin menoscabo de otras alternativas y en "aras de la utilización más eficiente de los recursos propios". Pero el Gobierno lleva meses defendiendo esta solución por boca del mismo Luis de Guindos y el presidente de Bankia reconoció el pasado junio que "tiene sentido industrial", reflejo del grado de madurez adquirido por el proyecto.
La decisión supone un giro de 360 grados sobre el plan inicial que pasaba por la colocación en bolsa del 65% que el Estado posee en ambas tras inyectarles 24.069 millones en su reflotación.

La inestabilidad de los mercados, que mantienen hundida la cotización de Bankia y dificultan el debut bursátil de BMN, desaconsejó la ruta inicial, máxime cuando los tipos negativos y la escasa demanda de crédito están pasando factura a las cuentas de la banca. La filial cotizada de BFA aún mantiene una rentabilidad sobre recursos propios o Roe del 8%, pero la de BMN se encuentra limitada al 2,9%, ratio que podría haber precipitado el proceso consolidador para evitarle problemas y elevar el atractivo de una futura Bankia mayor para luego sacarla a la venta.
No en vano, los supervisores -BCE y Banco de España- llevan meses recetando fusiones para encarar las insuficientes rentabilidades bancarias y esta sería probablemente una de las primeras tras esa indicación.
La recuperación de las ayudas en Bankia, prevista con colocaciones sucesivas de paquetes de acciones, no ha sido hasta ahora tampoco satisfactoria. BFA -propiedad del FROB -solo se ha embolsado 1.530 millones con el cobro de 300 millones el pasado año con el primer dividendo de Bankia y que espera repetir este ejercicio, pero no incrementar, y la venta del 7,5% del capital en febrero de 2014. El dinero se encuentra en todo caso embolsado en BFA, sin que el Erario haya dispuesto del mismo. E incluso la venta del 7,5% la ejecutó a 1,51 euros por título y hoy cotiza a 0,7 euros. Para recuperar todas las ayudas la cotización debería escalar hasta los 3,5 euros.
El Gobierno en funciones lanza, a través del FROB, el proyecto sin despejarse el bloqueo institucional. Apura el calendario, la salida del Estado debe estar completada al cierre de 2017 salvo que solicite una prórroga a Bruselas, algo que ha validado en otros países que han planteado más tiempo, si bien suele acarrear a veces nuevas penalizaciones o sacrificios a las entidades.
Entre las otras alternativas que podrían valorar los expertos para sacar más provecho a la venta estarían la desinversión en bloques pequeños o de control o, incluso, abrir un proceso concurso público de adjudicación de las entidades.