Empresas y finanzas

El nuevo grupo nacionalizado se convertirá en el cuarto banco español

  • Superaría al Sabadell al gestionar un volumen de activos de 244.000 millones

La absorción de BMN llevaría a Bankia a ocupar de nuevo el cuarto lugar en el ranking de los principales grupos financieros españoles. Esta posición se la había arrebatado recientemente el Sabadell con la adquisición del británico TSB. Por negocio en nuestro país afianzará la cuarta posición, sólo superado por BBVA, CaixaBank y el Santander.

La unión de las dos nacionalizadas conformará una entidad con un volumen de activos superior a los 244.000 millones de euros, de los cuales más de 131.000 corresponden a créditos a la clientela.

El grupo, de materializarse la operación, nacería con un volumen de sucursales cercano a las 2.600 y una plantilla de casi 18.000 personas. Estas cifras, previsiblemente, disminuirían en el corto plazo debido a los ajustes que se llevarían a cabo para ahorrar costes y eliminar duplicidades, además de cumplir con las nuevas exigencias que podría imponer la Comisión Europea al tratarse de dos firmas que han percibido ayudas públicas y se encuentran aún en proceso de reestructuración.

Bankia nació en 2010, el mismo año que BMN. El grupo entonces presidido por Rodrigo Rato se constituyó a raíz de la integración de Caja Madrid, Bancaja, Caja Insular de Canarias, Caja Rioja, Caja Segovia, Caja Ávila y Caixa Laietana. La inyección de ayudas entonces y su posterior nacionalización con la entrega de más dinero público obligaron a la entidad a llevar a cabo durante la crisis un ajuste de su plantilla y de su red de oficinas del 33 por ciento.

Por su parte, BMN se configuró con la unión de Caja Murcia, Caixa Penedés, Sa Nostra y Caja Granada. Tras recibir en dos ocasiones fondos del Estado para sobrevivir, ha recortado su estructura en torno al 60% en los últimos años. La parte más importante de este descenso fue la venta en bloque del negocio de Penedés al Sabadell, para poder sobrevivir en solitario en 2012 y minimizar la inyección de ayudas.

Desde hace meses, las autoridades supervisoras están animando a las entidades a llevar a cabo una nueva ronda de fusiones, tanto a nivel nacional como intraeuropeo, para elevar la rentabilidad y hacer frente, así, a la caída de los ingresos por la baja actividad y los tipos cero.

La integración de ambas sería la primera anunciada en esta nueva oleada, que sería la tercera desde 2008, momento en que comenzó la crisis. La última operación corporativa llevada a cabo en el sector de calado ha sido la compra de CatalunyaBanc por parte de BBVA en 2014 y materializada el ejercicio pasado. Desde entonces, CaixaBank ha aprovechado la crisis de Barclays para hacerse con su filial de banca minorista en España, mientras que el Popular ha adquirido la división de tarjetas del grupo británico. El mercado apunta a que los grupos de cajas medianas emprenderán integraciones en 2017 y no se descarta que el Popular sea absorbido.

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