
La vuelta al dividendo de FCC tendrá que esperar aún un tiempo. El grupo que controla el mexicano Carlos Slim no cumplirá en el presente ejercicio con las condiciones que la banca impuso cuando reestructuró la deuda de la compañía hace ahora un año para recuperar la retribución a los accionistas, suspendida desde 2012. Así lo admite la firma que dirige Carlos Jarque, en un documento remitido a la CNMV.
De acuerdo con las cláusulas exigidas por la banca, para retomar el dividendo, FCC debe evidenciar que la ratio entre deuda financiera neta y el resultado bruto de explotación (ebitda) sea inferior a cuatro veces. Al cierre de 2014, se situaba en 6,2 veces, aunque en términos ajustados -excluida una emisión de bonos convertibles y la deuda de su filial Cementos Portland- este ratio ya habría bajado a 4,8 veces. Los analistas prevé que la compañía sitúe la deuda sobre ebitda en 6,5 veces al cierre del ejercicio.
Los bancos obligan a FCC, de igual forma, a haber reducido la deuda en al menos 1.500 millones y a que el resultado operativo (ebitda) en el ejercicio con cargo al cual se pretenda realizar la distribución del dividendo no sea inferior a 750 millones. En los nueve primeros meses del año, el grupo ha elevado su endeudamiento un 14%, hasta los 5.717 millones de euros, mientras que el ebitda ha aumentado un 2%, hasta 593,4 millones de euros
En este escenario, FCC reconoce que "no cumple ni estima cumplir a 31 de diciembre de 2015" las condiciones interpuestas por la banca acreedora. Un escenario, en cualquier caso, previsto por la compañía, que ya ha iniciado las negociaciones con los bancos para amortizar un tramo de deuda de 450 millones que soporta unos intereses elevados. En el marco de esta operación, la compañía prepara una ampliación de capital de entre 400 millones y 600 millones de euros.
Plan estratégico
El próximo mes de diciembre está previsto que el consejo de administración de la firma apruebe los detalles de esta emisión, que se sumará a la que realizó a finales del año pasado por un importe de 1.000 millones. También se espera que apruebe el plan estratégico 2016-2018, que se sustentará precisamente en la reducción de la deuda y en el refuerzo por la internacionalización de sus negocios, toda vez que el peso de España en su cuenta de resultados sigue cayendo (hasta septiembre supuso el 52% de los ingresos, tres puntos menos que un año antes).
La refinanciación del grueso de la deuda de FCC contó con el respaldo del 86,5% de los acreedores, de forma que solicitó la homologación judicial del acuerdo al resto de entidades. Tres acreedores representativos del 6% del pasivo (54 millones) afectado por el nuevo acuerdo marco de reestructuración impugnaron la homologación. El 17 de noviembre, FCC presentó su escrito de contestación a la impugnación. Según el documento, es posible que la impugnación esté resuelta antes de finales de año, si bien es más previsible que se retrase hasta el primer trimestre de 2016.
En el caso de ser estimada la impugnación, sólo afectará a favor de los acreedores impugnantes, que "se verían exonerados de que se les extendiesen los efectos del nuevo acuerdo marco". En este supuesto, no se aplicaría ninguna quita o descuento en su participación en el Tramo B del contrato de financiación. El importe total que fue amortizado con los ingresos procedentes del aumento de capital de diciembre de 2014 se vería reducido de 900 millones a 891 millones, lo que eventualmente podría implicar una mayor dilución de los accionistas actuales en caso de conversión en acciones de FCC del Tramo B. También podrían favorecerse los acreedores disidentes que no impugnaron el acuerdo (representativos del 7,5% del pasivo).