Empresas y finanzas

Expertos lucha contra falsificación se enfrentan al reto que supone China

Ginebra, 30 (EFECOM).- Expertos de todo el mundo se reúnen hoy y mañana en Ginebra para impulsar el combate de la falsificación y piratería, un mundo que cuesta al comercio legal unos 100.000 millones de dólares al año y que tiene en China su principal origen.

"Es muy difícil de calcular, pero cerca del 10 por ciento del comercio mundial es de productos falsificados o pirateados y el 70 por ciento de ellos proceden de China", aseguró hoy el secretario general de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), Michel Danet.

Por ello, el gigante asiático es uno de los máximos protagonistas del Tercer Congreso Mundial sobre la Lucha contra la Falsificación y la Piratería, organizado este año en Ginebra por la Organización Mundial de la Protección Intelectual (OMPI), la de la Policía Criminal (Interpol) y la OMA.

A la reunión asisten cientos de representantes del sector público y privado, que, bajo el lema "Desafíos compartidos-objetivos comunes", buscan medios para combatir los delitos de piratería y falsificación, del que ya son objeto prácticamente todos los productos que se comercializan en el mundo.

"Los enormes costos económicos ocasionados por la piratería y la falsificación tienen profundas repercusiones en la economía en su conjunto, ya que se traducen en una gran pérdida de beneficios, empleos e ingresos fiscales", explicó Michel Danet.

A pesar de la gran presencia de China en el mundo de las falsificaciones, los expertos reunidos en Ginebra coinciden en valorar los grandes esfuerzos que sus autoridades llevan a cabo para combatir esos delitos.

"En China no se dejan de hacer esfuerzos para su combate, pero se trata de un país de 1.300 millones de personas dividido en cantones y con una organización muy compleja", reconoció el vicepresidente de DaimlerChrysler y miembro de la Asociación de Dirigentes de Empresas, Gerd Becht.

De la misma opinión es el subdirector general de la OMPI, Michael Keplinger, quien afirmó que, "incluso con la mejor intención del mundo", es muy complicado que las autoridades chinas puedan controlar la piratería, aunque en los últimos años "se han hecho importantes progresos".

Para Danet, la solución del problema "es cuestión de tiempo", hasta que China tenga una industria potente propia en el comercio legal y supere este "momento de transición".

En cambio, para el director de Delitos Especializados de la Interpol, David Gork, es prioritario compartir más información entre países y autoridades de investigación y control y, aunque "con China estamos trabajando muy eficazmente", es necesario que el resto de los países tengan bases de datos compartidas y actualizadas.

Uno de los aspectos que más preocupa a los expertos es la expansión del comercio ilegal de alimentos y fármacos falsificados.

Más de 5 de los 75 millones de productos falsificados incautados en las fronteras europeas en 2006 fueron alimentos y bebidas y cerca de 500.000 fármacos, según estadísticas de la Comisión Europea.

Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países en desarrollo el 25 por ciento de los fármacos que circulan son falsificaciones y en su mayoría son para tratar enfermedades que ponen en peligro la vida.

"La falsificación de medicamentos actúa de forma silenciosa especialmente en los países donde hay pobreza y hambre", lamentó Danet, ya que "si alguien muere por consumir un fármaco falsificado nadie le va a hacer una autopsia y nunca se va a saber".

Los organismos internacionales también valoran en este aspecto la labor de China, al tiempo que buscan reforzar la colaboración con las asociaciones de consumidores, para que "éstos estén más concienciados de los costes y peligros que entraña la falsificación", explicó la presidenta de la Asociación Internacional de Marcas (INTA), Dee Ann Weldon-Wilson.

El presidente de NBC Universal y miembro de la Acción Empresarial para Detener la Falsificación y la Piratería, Bob Wright, apuntó al respecto que "un país que no vela por su propiedad intelectual, pierde a la larga una gran capacidad para crear y proteger puestos de trabajo dignos".

"Nos hemos propuesto el objetivo de afrontar este problema con una estrategia global similar a la de la lucha contra la droga o contra el terrorismo. Con la misma seriedad, porque no es un juego: pone en peligro la vida de las personas y supone pérdidas multimillonarias", apuntó Danet. EFECOM

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