El mercado de las criptomonedas, sin ningún tipo de regulación, ya es un dolor de cabeza para los supervisores por el elevado volumen de dinero que mueve y el riesgo que entraña para la economía y la estabilidad financiera. El Banco Central Europeo (BCE) alerta de que la valoración del mercado de las criptomonedas, 2,4 billones de dólares (2,2 billones de euros), ya dobla al de las hipotecas subprime o también conocidas como basura, que con 1,3 billones de dólares (1,2 billones de euros) desencadenaron la crisis financiera mundial de 2008.
El supervisor asegura que no es tan difícil que estalle la burbuja de estos criptoactivos. Según Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, en la actualidad las divisas digitales son meros instrumentos especulativos ya que su volatilidad impide que cumplan las tres funciones que tiene el dinero: medio de cambio, depósito de valor y unidad de cuenta. Y añade que este mercado está funcionando como en un esquema Ponzi, es decir, los usuarios continuarán invirtiendo mientras crean que los precios seguirán al alza, hasta que el entusiasmo se desvanece y la burbuja estalla.
"No debemos repetir los mismos errores esperando a que estalle la burbuja y sólo entonces darnos cuenta de lo omnipresente que se ha vuelto el riesgo de las criptomonedas en el sistema financiero. Aunque algunos pueden esperar ser más inteligentes y salir a tiempo, muchos quedarán atrapados", asegura Panneta. El miembro del Comité Ejecutivo del BCE señala que el valor de estos activos "depende de la codicia de otros y de la esperanza de que el esquema continúe sin obstáculos", hasta que el castillo de naipes se derrumbe "y deje a la gente enterrada bajo sus pérdidas".
El supervisor europeo alerta de que los criptoactivos presentan riesgos para la estabilidad financiera por tres vías. De un lado, las tensiones en estos mercados podrían extenderse a los agentes del sistema financiero a través de la tenencia directa de activos o la propiedad de proveedores de servicios. En segundo lugar, una caída del valor de estos activos digitales podría tener un impacto en la riqueza de los inversores con efectos en cadena en el sistema financiero. Finalmente, una pérdida de fe en el valor de los criptoactivos, por ejemplo por fraude o ciberdelincuencia, podría provocar un fuerte deterioro de la confianza de los inversores que podría extenderse a los mercados financieros en general.

Ante estos peligros, Panetta urge a responsables políticos y supervisores a coordinar una acción reguladora a nivel mundial antes de que sea tarde, con el fin de equilibrar los riesgos, pero también los beneficios, para no ahogar una innovación que podría estimular la eficiencia en los pagos. "Necesitamos que los criptoactivos cumplan las mimas normas que el sector financiero", asevera, y también en el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo. Según los datos que maneja el BCE, se estima que en 2021 se intercambiaron cantidades de criptoactivos con fines delictivos por valor de entre 22.700 y 68.300 millones de euros. Además, el supervisor llama a gravar estos activos, pese a la dificultad de conocer quiénes son sus dueños, para evitar la evasión fiscal.