CaixaBank ultima la introducción en España de la primera tarjeta bancaria con sistema de lectura braille para permitir a las personas ciegas y con discapacidad visual efectuar operaciones en cualquier comercio, físico y online, sin necesidad de depender de ayuda externa. Su nuevo plástico lo desarrolla en colaboración con la ONCE y Visa y se rodará en un piloto de pruebas en Madrid antes de entrar de lleno en su catálogo a la vuelta del verano.
En el banco entienden la iniciativa como "un paso adelante en su compromiso por ser una banca inclusiva y accesible para todas las personas". El 99% de sus 13.000 cajeros automáticos se encuentran adaptados a la operativa para facilitar el uso a personas con discapacidad y, en general, la entidad apuntó que trabaja para la eliminación de cualquier barrera física y sensorial "que puedan suponer un obstáculo para el acceso a sus instalaciones o a sus productos y servicios". Sus cajeros disponen, de hecho, de un menú diseñado para facilitar el uso con teclado en braille y navegación guiada por voz.
70.000 personas
Con la tarjeta cerraría el círculo en medios de pago al solucionar las dificultades con que tropiezan muchas personas con discapacidad visual para poder comprar a través de internet y que no estaba atendido desde esta óptica pese a ser un colectivo de alrededor de 70.000 ciudadanos en España.
La dificultad se origina porque las transacciones online requieren la autenticación con la introducción de varias claves y números secretos, como el de la propia tarjeta, su fecha de caducidad o el CVV, que por su largo cifrado complica la memorización y exige, a menudo, la ayuda de otra persona.
El nuevo dinero de plástico saldrá de la fábrica de su filial CaixaBank Payments & Consumer, que gestiona un parque de 31,2 millones de tarjetas y cuenta con una cuota por facturación en compras del 33,6% y del 37,5% a través de los TPV en los comercios.
La solución, desarrollada en colaboración con la ONCE y Visa, arrancará con las tarjetas de crédito Visa 'MyCard', un tipo de dispositivo que permite financiar compras y fraccionar el pago, pero el proyecto es que se implemente en todos los tipos de tarjeta emitidos por el banco sean de la modalidad de crédito, débito o prepago.
Constará de un pack con dos tarjetas. Una de ellas estará diseñada con el formato de la tarjeta tradicional, con el número identificativo o PAN en código braille. Su uso está pensado para el comercio físico, cajeros y pagos sin contacto. La segunda tarjeta recogerá la fecha de caducidad y el CVV con el sistema de lectroescritura para compras online, que no figuran en el primer dispositivo porque el sistema tradicional no permite dicha incorporación.
Un test real
Para probar su uso y verificar si merece la pena añadir cambios que mejoren la experiencia de uso, el banco seleccionará a un grupo de clientes con su nómina de la ONCE en la entidad y les enviará de forma gratuita el nuevo plástico. La intención es incorporarlo en catálogo en el tercer trimestre del año. Su contratación entrañará los mismos costes o cuotas de la tarjeta tradicional y en la estampación del braille el coste de emisión de cualquier plástico.
CaixaBank fue pionera en la inserción dentro de las tarjetas de una muesca que permite posicionarlas en datáfonos y cajeros, y se ha convertido en estándar de mercado.
Con la estampación en braille mete en España un sistema avanzado por Visa a finales del año 2014 para que sus bancos socios lo acuñasen, si bien en origen apenas se limitaba a incorporar unos caracteres al frente del dispositivo para identificar la marca y el tipo de producto.
Aunque aún no hay una tarjeta efectiva en España que permita a cualquier persona con discapacidad visual operar así, sí ha ido entrando en catálogo de algunas entidades en países como Reino Unido y aquí se había incorporado el braille a otras prestaciones financieras.