
Los expertos consultados por elEconomista auguran una oleada de reestructuraciones para la segunda mitad del año ante el fin de la carencia en los préstamos ICO, la supresión de la moratoria concursal y los costes de la energía y materias primas. A diferencia de la crisis de 2008, el mercado cuenta con una gran liquidez en manos del capital privado y de los fondos de situaciones especiales, llamados a ser actores fundamentales para dar solución a muchas empresas españolas.
Banca, fondos y asesores especializados aseguran estar preparados para un incremento sustancial de la actividad en refinanciaciones, reestructuraciones y ventas de unidades productivas ante la escalada de la inflación, la entrada en vigor de la nueva Ley Concursal y el endeudamiento derivado de los ICOs y los SEPIs. El momento culminante, aseguran, será este verano. "Varios factores pueden generar un incremento sustancial de situaciones distressed", asegura Manuel Martínez-Fidalgo, co-head Reestructuración en Europa de Houlihan Lokey. "A la combinación del aumento del precio de la energía, materias primas e inflación se suma la incertidumbre resultante de la guerra, la incapacidad de modificar o reestructurar los préstamos ICOs y el fin de la moratoria concursal. Muchas empresas han incrementado sustancialmente su endeudamiento para paliar la pérdida de valor resultante de la pandemia. "Las reestructuraciones de la estructura de capital son procesos complejos para las compañías pero en muchos casos necesarios para poder tener viabilidad a largo plazo", advierte.
Los expertos apuestan porque el apoyo estatal no desaparecerá de la noche a la mañana
Los bancos han canalizado ICOs a empresas que en muchos casos ya estaban endeudadas y han sustituido pérdidas con deuda adicional, por lo que muchas compañías están ahora más apalancadas que antes de 2020 y pueden ver comprometida su viabilidad en un entorno económico incierto como el actual. En general, advierten las fuentes consultadas, los bancos aún no quieren ceder valor ni reconocer la posible pérdida esperada en situaciones más pequeñas o ilíquidas pero están haciendo lo posible para anticiparse a lo que viene.
Un mercado anestesiado
"La realidad sigue disfrazada por las carencias de los préstamos con aval ICO y las compañías todavía no tienen la obligación de presentar concurso de acreedores", matiza Jorge Fernández Miret, Socio de Sherpa Capital. "La combinación del efecto macro, la eventual obligación de empezar a pagar préstamos ICO y la exposición a concursos necesarios puede provocar una avalancha de reestructuraciones", advierte. Muchas compañías, recuerdan los expertos, han aguantado gracias al buen efecto que ha tenido en las empresas la inyección de dinero público sin precedentes pero, a medida que estas medidas se agoten, es previsible que necesiten de nuevas vías de refinanciación y/o reestructuración.
Los avales del ICO y la oportunidad de ampliar o no las moratorias en el repago de la financiación vuelven a estar sobre la mesa ante los primeros vencimientos de la 'dispensa'. Se calcula que más de medio millón de deudores tendrán que comenzar a pagar en abril. La clave de la oleada de refinanciaciones que viene será, precisamente, el tratamiento de los ICOs y la capacidad de reestructurarlos para lograr quitas importantes o aplazamientos, garantizando la viabilidad de las empresas en el corto y medio plazo.
De momento, las quitas en la deuda de los créditos prácticamente no se han producido. "Los ICOs en España funcionaron bien, hubo una buena canalización de la liquidez a las empresas. Creemos que el volumen de refinanciaciones y reestructuraciones será elevado pero el apoyo estatal no desaparecerá de la noche a la mañana, irá aumentando poco a poco", explica Alexander Wit, Managing Partner del fondo español PHI experto en reflotar empresas en situaciones especiales. En su opinión, "la posición sólida de las instituciones financieras y del capital privado facilitará el flujo de liquidez y la rapidez de la recuperación". Algunos fondos de situaciones especiales llevan prácticamente dos años sin invertir y las escasas situaciones de liquidez están atrayendo una elevada demanda.
De momento, las renegociaciones bancarias para reestructurar la deuda ya reflejan un importante incremento en las cifras. El sector financiero cerró 2021 con 31.500 millones de euros refinanciados a las compañías, un 50% más que en el ejercicio anterior. Según el Banco de España, el dato supone el mayor volumen de reestructuraciones crediticias realizado por la banca desde 2015, en gran parte correspondiente a créditos avalados por el ICO. La banca ha prestado a través de esta línea 122.000 millones de euros, de los que 92.700 millones tienen aval estatal. El 25% de los ICO continúan bajo carencia de pago, esto es, el 40% del importe avalado, unos 37.000 millones.
Pero, ¿qué volumen de reestructuraciones espera el mercado? El consenso es unánime: no podemos hablar de una oleada como la de la crisis del 2008-2011. "Pensamos que no vamos a encontrar casos de compañías muy grandes en situación de gravedad extrema", matizan Francisco García Oliva y Enrique Bujidos, Socios de PwC. "El riesgo se concentrará en compañías medianas y pequeñas. El volumen final dependerá de cómo y cuándo se produzca la finalización del conflicto de Ucrania y de la posible extensión de las medidas de apoyo a compañías que vivimos desde el inicio de la pandemia", añaden.
Al claro impacto de la inflación sobre los márgenes de las empresas se suma la dificultad de traspasar estos incrementos de costes a clientes y consumidores, lo que podría desencadenar una "tormenta perfecta". Mikel Ortega y Yago Fernández, Managing Directors de Alvarez & Marsal, recuerdan que "la espiral inflacionaria se ha visto empeorada por la guerra poniendo a prueba a todos los actores de la cadena de valor, principalmente en los sectores intensivos en energía".
Impacto en las pymes
Muy pocas empresas españolas tienen exposición directa a impagos de compañías o bancos rusos, y, por tanto, en el corto plazo los expertos no esperan reestructuraciones derivadas de ese impacto como sí está ocurriendo en otros países, pero hay sectores parando su producción ante una situación que no es sostenible. "Las empresas deben encontrar mecanismos para compartir la volatilidad con los clientes. El problema es que muchas no lo harán a tiempo y se desencadenarán procesos de reestructuración", asegura Wit.
Otro reto añadido, confirman las fuentes consultadas, es que el estigma de 'mal pagador' todavía agarrota a muchos empresarios y a veces impide actuar con cabeza fría y, sobre todo, con tiempo. Los conceptos de reestructuración e insolvencia siguen teniendo un profundo estigma, a diferencia de lo que ocurre en otras jurisdicciones, donde es algo natural que, cada cierto tiempo, las empresas reestructuren su deuda no sostenible." Las compañías se están enfrentando a un escenario ya olvidado, el de la inflación, muchas con balances y resultados deteriorados por el Covid. Para aquellas con negocios viables, la reestructuración significa una segunda oportunidad", concluye Wit.
Los asesores aseguran estar empezando a gestionar nuevos asuntos por el impacto en sectores asociados a la construcción, ingeniería y energía, entre otros. "La falta de suministro y la subida de precios están generando necesidades de capital circulante que, en las compañías más frágiles, pueden provocar el inicio de procesos de refinanciación que serán mucho más complejos", advierten los Socios de PwC.
El dinero que resolverá esta crisis combinará capital privado, apoyo público y deuda cara
Los sectores intensivos en consumo de energía en sus procesos de producción (aluminio, acero, cemento, cerámica, transporte, sector primario…) o dependientes en gran medidla de materias primas cuyo suministro se ve afectado por el cierre de los mercados internacionales - como consecuencia de la guerra o de un mayor consumo interno en países exportadores (China)- serán, según afirma Pablo García Oliván, Director de Corporate de Squire Patton Boggs, "los que sufrirán mayor stress y verán más afectada su situación financiera".
Aunque resulta complicado determinar cuál será el impacto final de la guerra en la actividad de reestructuraciones, el mensaje de todas las fuentes consultadas es unánime: esta crisis será muy distinta a la de 2008, cuando surgió un volumen repentino de deuda insostenible. En opinión de Luis García Laynez, Socio de Funding de KPMG en España, "ahora será mucho más habitual y necesario contar con el ICO y/o con Cofides o con SEPI y un número creciente y cada vez más diverso de fondos de situaciones especiales tendrán o podrán tener un papel a desempeñar en las futuras operaciones". Todo apunta a que el número de oportunidades para inversores distress, turnaround y situaciones especiales se multiplicará.
Durante el último mes, estos inversores reconocen estar asistiendo a un incremento del número de mandatos aunque todavía no están, aseguran, en los niveles esperados. "Gracias a la elevada liquidez en el mercado, aquellas empresas operativamente viables podrán encontrar soluciones", indica Javier Castresana, Socio de Allen & Overy especializado en reestructuraciones e insolvencias y recientemente reconocido como banda 1 en Chambers & Partners. "Hay compañías que llegan con los deberes hechos y las entidades financieras están haciendo un gran trabajo de anticipación, en consonancia con los deudores", añade. "La realidad", reconoce Castresana, "es que muchas empresas están funcionando con respiración artificial. Hasta que no se les separe de dicho oxígeno no sabremos qué capacidad pulmonar tienen para poder ejecutar su actividad sin modificar su endeudamiento".