
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado este lunes que los criptoactivos pueden suponer un potencial riesgo para la banca, tanto a nivel patrimonial como reputacional. Según De Cos, que ha participado en el Observatorio de Finanzas organizado por El Español, los criptoactivos, de un lado, constituyen un nuevo factor de competencia alrededor de los servicios transaccionales del sector financiero, y algunas de sus variantes como las stablecoins, también sobre la captación de pasivo, dado que tienen el objetivo de convertirse en depósito de valor. Además, un aumento de la exposición directa e indirecta de los bancos a estos activos incrementaría sus riesgos patrimoniales y reputacionales, señaló.
Ante estos potenciales riesgos, el gobernador aseguró que las autoridades públicas están obligadas a intensificar el seguimiento, regulación y supervisión del mercado de criptoactivos, incluyendo una alerta e información constante a los usuarios de los riesgos asociados. "Esta labor, para ser efectiva y eficiente, debe realizarse con una cooperación muy estrecha, tanto internacional como interinstitucional, de forma que se evite la fragmentación y el arbitraje que, en último término, llevarían a una mitigación insuficiente de los riesgos y vulnerabilidades asociados a estos mercados", aseveró.
Asimismo, señaló que el mercado de los criptoactivos pueden alcanzar un punto donde representen una amenaza para la estabilidad financiera a escala global si no se regulan. El origen del riesgo, apuntó, es diverso y surge por la limitada comprensión que hay de estos activos por parte de los inversores. Según la Autoridad de Conducta Financiera Británica (FCA, por sus siglas en inglés), el 20% de los propietarios de criptoactivos daban por hecho contar con las mismas protecciones que frente a los productos tradicionales de la banca.
Además de para la banca, estas monedas, también suponen un riesgo para el funcionamiento de los mercados financieros, ya que las grandes oscilaciones en los precios de estos activos puede alterar el sentimiento de los inversores, provocando una sobrerreacción que acabe trascendiendo a otros entornos de negociación. "La necesidad de responder a la volatilidad ajustando frecuentemente las garantías exigibles podría, igualmente, acentuar las ventas de otras clases de activos. De hecho, recientemente el FMI alertaba sobre un apreciable incremento de la correlación positiva entre los mercados de criptoactivos y de capitales que, en algunos casos, se ha llegado a multiplicar por 3.515", aseveró.
Regulación en marcha
El gobernador apuntó que en la actualidad las autoridades reguladoras y supervisoras ya trabajan en dar respuesta a los riesgos potenciales de estos activos. El FSB ha hecho público un informe que establece recomendaciones de alto nivel para la regulación y supervisión para las denominadas global stablecoins, que son aquellas que operan en múltiples jurisdicciones y están ampliamente adoptadas. El enfoque busca minimizar las posibilidades de arbitraje y alinearse con el principio de "misma actividad, mismo riesgo, misma regulación". Así, señaló que se recomienda partir de la regulación y estándares internacionales existentes, pero adaptados de manera funcional a los servicios prestados, características y riesgos derivados de las global stablecoins. "Se destaca la importancia de garantizar una adecuada gobernanza y una correcta transparencia a usuarios y al mercado sobre estos productos, incluyendo, en particular si se conceden derechos de reembolso a los usuarios frente al emisor o los activos de reserva. Y se enfatiza que las autoridades no deben permitir la puesta en marcha de estos proyectos hasta que no se verifique el cumplimiento de los requisitos exigibles", dijo.
Por su parte, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea lanzó el año pasado una consulta sobre una propuesta para el tratamiento prudencial de las exposiciones bancarias a los criptoactivos, que los clasifica teniendo en cuenta su riesgo, en base a unas condiciones que incluyen la existencia de mecanismos de estabilización de su valor, la existencia de derechos de reembolso, la seguridad de la plataforma tecnológica en la que operan y la exigencia de regulación a los agentes de la red que ejercen funciones críticas. A escala europea se trabaja en un reglamento, que se conoce como MiCA (Markets in Crypto Assets), que establecerá un marco regulatorio y una arquitectura supervisora común aplicable tanto a los emisores como a los proveedores de servicios de criptoactivos.