La crisis energética sigue cobrándose víctimas en el Reino Unido. Bulb, la séptima mayor distribuidora de electricidad y gas del país, y una de las que apostaba por fuentes 100% renovables para el suministro de luz, está al borde de la bancarrota y negocia con el Gobierno para que se haga cargo de un crédito de 50 millones de libras que tiene pendiente de devolver, según ha adelantado la cadena Sky News. Su caída dejaría sin servicio a 1,7 millones de hogares, la mayor sacudida al mercado en lo que va de año.
En lo que va de año, han caído ya 18 comercializadoras, lo que ha afectado a más de 2,5 millones de hogares. La caída de Bulb sería al mayor golpe al sistema eléctrico del país, ya que por sí sola dejaría sin servicio a una cifra equivalente a más de la mitad de todas las familias golpeadas por las otras 14 quiebras hasta ahora. Los clientes no se quedarían sin suministro inmediatamente, pero tendrían un tiempo limitado para cambiar de proveedor, antes de ser reasignados forzosamente a una empresa que decida el regulador Ofgem.
La causa de esta insolvencia es la enorme subida de precios del gas que sacude a toda Europa desde hace meses. Las distribuidoras compran el gas en los mercados mayoristas y lo venden a los ciudadanos a precios regulados por el Gobierno británico. Y cuando el gas está más caro que ese precio regulado, lo que hacen las compañías distribuidoras es perder dinero a espuertas, lo que está llevando a las distribuidoras británicas a registrar quiebras en masa.
Bulb había aguantado algo más porque ella misma producía gran parte de la electricidad que vendía a base de renovables, lo que le permitía acolchar parte de las pérdidas provocadas por el gas. Pero el nuevo encarecimiento del gas registrado las últimas semanas, producido en parte por la batalla administrativa entre Alemania y Rusia por el gasoducto Nord Stream 2, ha acelerado el proceso.
El problema de esta quiebra es que el fondo Sequoia Economic Infrastructure Income había prestado 50 millones de libras a la distribuidora, y ahora pide su devolución antes de que pueda entrar en concurso de acreedores. La compañía negocia con el Gobierno británico una ayuda, ante la falta de interés de las grandes firmas del sector en comprar esta compañía.
Hasta la fecha, la reacción del regulador ante la creciente crisis ha sido anunciar que revisará más a menudo el precio regulado de la tarifa de la luz para trasladar los aumentos de precio a los consumidores, una medida que influirá en la ya alta inflación que vive el Reino Unido.