El regulador alemán ha suspendido este martes temporalmente el procedimiento de certificación de Nord Stream 2 a la espera de que el principal operador, Gazprom, cumpla con la legislación y adapte la filial o subsidiaria creada para operar el tramo que discurre por el territorio europeo a la legislación alemana.
La Agencia Federal de Redes de Alemania (Bundesnetzagentur), que regula los sectores de electricidad, gas, telecomunicaciones, correos y ferrocarriles del país, debe analizar si la infraestructura cumple la directiva de la Unión Europea (UE) conocida como Tercer Paquete Energético, que establece que tanto la explotación como la distribución del suministro deben ser independientes.
Gazprom posee desde 2017 el 100% de las acciones de Nord Stream 2, que tiene su sede en Zug (Suiza). El gigante ruso ha fundado una subsidiaria para gobernar la parte alemana del oleoducto (será propietaria y operadora) pero faltaría someterla a la legislación alemana para poder ser calificada como un operador de transmisión "independiente", según establece la Ley de la Industria Energética Alemana y ha recordado el regulador en un comunicado. Es decir, para continuar con la certificación es necesario que la compañía operadora del gasoducto esté organizada "conforme a derecho alemán" y cumpla con la garantía de no romper las reglas europeas de competencia (que los propietarios de los gasoductos sean diferentes de los proveedores de gas que fluyen por ellos).
Aquí radica el problema. Para Nord Stream 2 las reglas europeas buscan torpedear el oleoducto y, de hecho, su argumento ha encontrado cierto apoyo en un asesor del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que recomendó que Gazprom pudiera desafiar las reglas de la UE. En agosto un tribunal alemán determinó que el Nord Stream 2 no está exento de las reglas energéticas de la UE, que estipulan que las empresas que producen, transportan y suministran gas dentro del bloque comunitario deben estar separadas o "desagregadas" a fin de garantizar la competencia en el mercado.
Más leña al fuego del gas
La reacción del mercado no se ha hecho esperar. El precio del gas natural en Europa se ha disparado más del 9% volviendo a superar los 89 euros el MWh ante las dudas de que la decisión pueda traducirse en que Europa no obtendrá el gas que tanto necesita para aliviar la escasez de suministros. En este punto cabe recordar que el regulador alemán tiene hasta el 8 de enero de 2022 para decidir si concede la certificación al mega gaseoducto. Y después será el turno de la Comisión Europea, que contará con un plazo de dos meses para responder.
El proyecto de Nord Stream 2 ha estado en el centro de la polémica por el aumento de dependencia energética con el gas ruso. EEUU y parte de la Unión Europea acusan a Rusia de aprovechar la crisis energética para intentar acelerar la aprobación de la puesta en marcha de la infraestructura.
La construcción del gasoducto terminó en septiembre y está físicamente listo para transportar gas hasta el municipio alemán de Lubmin por el fondo del mar Báltico, eludiendo el paso por Ucrania (que fue otro de los escollos).
Antes de esta paralización, que concluirá cuando se complete la transferencia de los activos esenciales y recursos humanos a la subsidiaria, los plazos ya apuntaban a que habrá que esperar al año que viene para que por los 1.200 kilómetros que lo conforman circule el fluido.
