La pretensión del presidente de ACS, Florentino Pérez, de adquirir Autostrade per l'Italia (Aspi), la mayor operadora de autopistas de Italia, y crear una plataforma en el mundo con Abertis se ha difuminado definitivamente después de que el consejo de administración de Atlantia rubricara ayer la aceptación de la oferta emitida por el banco público CDP, el fondo australiano Macquarie y la gestora estadounidense Blackstone.
Ahora, el grupo de infraestructuras español, que no llegó a presentar una propuesta vinculante por Aspi, tiene que encontrar destino para los cerca de 5.000 millones de euros que ingresará inicialmente por la venta del grueso de su negocio de servicios industriales a la gala Vinci.
Pérez y su equipo han descartado la entrega de un dividendo extraordinario por la desinversión de su área industrial y han remarcado que su objetivo es invertir en activos que fortalezcan su crecimiento, con el foco prioritario en las infraestructuras de transporte y, muy especialmente, en las autopistas. El también presidente del Real Madrid quiere "ampliar nuestra exposición al negocio de concesiones aprovechando las oportunidades de inversión en infraestructuras de transporte, principalmente autopistas", señaló en la junta de accionistas de ACS en mayo pasado.
"El grupo está estudiando la adquisición de concesiones de autopistas alternativas a Aspi"
Ya entonces Pérez deslizó las dificultades para adquirir Aspi. Así, abrió la puerta a otras oportunidades que hay en el mercado o que puedan surgir. "El grupo está estudiando la adquisición de concesiones de autopistas alternativas a Aspi", dijo Pérez.
El mercado de autopistas se halla en un momento de impasse ante el golpe que la pandemia ha supuesto en sus tráficos a nivel global. La de Aspi es una de las operaciones contadas, de cierto relieve, que hay ahora mismo en el mundo en un segmento en el que, además, ha protagonizado en los últimos años movimientos corporativos muy significativos. Es el caso de la compra de Abertis por parte de Atlantia y la propia ACS y de la lusa Brisa por APG, NPS y Swiss Life AM. Globalvia también compró más del 40% de Itínere, Abertis selló el año pasado la toma de control de Red de Autopistas de Occidente (RCO), en México, y de Elizabeth River Crossing, en Estados Unidos, y Ardian y Gavio crearon ASTM. En América los fondos de inversión han ganado posiciones en países como Estados Unidos, México, Chile y Colombia y en Australia Transurban se hizo con el 51% del Westconnex.
Precisamente la principal autopista urbana de Sidney es una de las escasas opciones que hay ahora mismo para ACS en el mercado brownfield (en operación), toda vez que la empresa pública Sidney Motorway Corporation (SMC) ha puesto a la venta el 49% que conserva, si bien Transurban, que ya ha mostrado su interés, parte con ventaja. Se espera, no obstante, que en los próximos meses, una vez se consolide la recuperación, surjan nuevas oportunidades.
Muchas más alternativas de inversión en autopistas existen en el mercado greenfield (construcción y explotación), donde ACS tiene localizados más de 150 proyectos por 250.000 millones de euros en Australia (36%), Estados Unidos (23%), Canadá (20%) y Europa (19%).
5.600 millones de euros
ACS prevé cerrar antes de fin de año la venta del grueso de su división de servicios industriales a Vinci por cerca de 5.000 millones de euros -ampliables en 600 millones-. Una inyección de dinero con la que quiere potenciar su posición en autopistas y renovables. El grupo analiza más opciones para hacer caja y está estudiando sacar a bolsa su filial de servicios en Australia, Ventia, cuyo capital se reparten ACS y el fondo Apollo.
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