
ACS persiste en su ofensiva para adquirir Autostrade per l'Italia (ASPI), la mayor concesionaria de autopistas de Italia, pero aguardará a la decisión de la junta general de accionistas de Atlantia, propietaria de la empresa, el próximo 31 de mayo, sobre la oferta presentada por el banco público italiano CDP, el fondo australiano Macquarie y la gestora americana Blackstone para dar nuevos pasos.
El grupo que preside Florentino Pérez sigue realizando la due diligence de Aspi y analizando distintas vías para afrontar la operación, cuyo valor podría acercarse a 10.000 millones de euros.
Una de las opciones en las que trabaja discurre por llegar a un acuerdo con CDP para sumarse a la propuesta o, incluso, instrumentar una nueva. "Estamos dispuestos a liderar, pero obviamente ya tienen una oferta presentada y que se está discutiendo", señaló este jueves el director general corporativo de ACS, Ángel García Altozano, en una conferencia con analistas para presentar los resultados del grupo hasta marzo. Todas las alternativas que maneja ACS discurren por una línea "amistosa" y en la que han de contar con el visto bueno del Gobierno de Italia, que ya en el pasado obstruyó operaciones como la compra de la propia Atlantia -entonces Autostrade- por parte de Abertis.
El plazo para presentar una oferta alternativa finalizó el pasado 11 de mayo, 20 días antes de la junta de accionistas de Atlantia
Por el momento, ACS no ha movido ficha más allá de mostrar oficialmente su interés y proceder al análisis de toda la documentación de ASPI. No en vano, el plazo para presentar una oferta alternativa finalizó el pasado 11 de mayo, 20 días antes de la junta de accionistas de Atlantia. Ahora, estudia sus opciones de la mano de CDP. "Estamos mirando el data room y probablemente tendremos que esperar a ver qué movimiento hace el concesionario (Atlantia)", señaló García Altozano. "CDP es una caja de ahorros estatal con la que obviamente no tendría sentido luchar", explicó el directivo de ACS, quien aseguró que "podría haber diferentes combinaciones". "Básicamente estamos esperando a ver qué respuestas obtenemos" y "a finales de mes tendremos una imagen mucho más clara de hacia dónde iremos", subrayó.
Para ACS, la adquisición de Aspi, con cerca de 3.000 kilómetros de autopistas de peaje en Italia, "encaja muy bien" en su objetivo de convertirse en una plataforma líder mundial en concesiones de infraestructuras de transporte. Para ello, el grupo español ya cuenta con el 50% menos una acción de Abertis, cuyo accionista de control, con el 50% más una acción, es precisamente Atlantia. Esta condición complica una eventual fusión de Abertis y Aspi si la compañía de los Benetton no se diluye drásticamente en el capital, ya que la venta de la concesionaria transalpina viene impuesta por el Gobierno italiano como consecuencia del derrumbe del Puente Morandi de Génova.
La apuesta de ACS será seguir invirtiendo a través de Abertis, para lo que necesitará la aprobación de Atlantia, o en solitario
La apuesta de ACS será seguir invirtiendo a través de Abertis, para lo que necesitará la aprobación de Atlantia, o en solitario. Además, si la operación de Aspi no se consuma, la firma española se centrará, con los 5.000 millones de la venta de servicios industriales a Vinci, en sumar nuevas concesiones en mercados como Estados Unidos, Europa y Australia.
9.300 millones de euros
La oferta presentada por CDP, Macquarie y Blackstone por Aspi, tras la última mejora, se aproxima a los 9.300 millones de euros. La junta de accionistas de Atlantia se pronunciará sobre esta propuesta el próximo 31 de mayo y el consejo de administración aún tendrá que ratificar la venta, en caso de aceptación, antes del 11 de junio. En su interés, ACS llegó a valorar el activo en hasta 10.000 millones de euros.