Empresas y finanzas

La banca ya tiene el 7,5% del crédito a familias y empresas en vigilancia especial: 82.000 millones

  • Crece un 20% los préstamos con riesgo de impago durante 2020
  • El 22% de los créditos avalados por el ICO, también en vigilancia
  • El 10% de las moratorias vencidas ya son créditos dudosos
Edificio del Banco de España.

La banca española ya tiene el 7,5% del crédito concedido a familias y empresas bajo vigilancia especial, lo que significa que tiene altas posibilidades de acabar entrando en mora, según ha adelantado este jueves el Banco de España en el marco de la presentación del Informe de Estabilidad Financiera. Este volumen de crédito bajo vigilancia se traduce en 82.000 millones de euros, de los que 50.000 millones correspondería a empresas y otros 32.000 millones, a los hogares.

El informe del organismo supervisor alerta de que los créditos en vigilancia especial, que proporcionan una señal más específica de deterioro, "se incrementaron notablemente en 2020, especialmente en el último trimestre del año". Este saldo de 82.000 millones es un 20% superior al de un ejercicio antes.

Este aumento también viene en parte ligado a las operaciones de financiación otorgadas a través de los avales ICO. La banca ha concedido 118.000 millones de euros en crédito a través de estas garantías, de los que 90.066 millones están avalados por el ICO. Según el Banco de España, el 21,9% de estas operaciones ya están bajo vigilancia especial, lo que se traduce en 25.900 millones de euros, aunque recuerda que en muchos casos aún no ha acabado el periodo de carencia de pago que solicitaron los clientes. Asimismo, el 0,8% de los préstamos avalados ya están registrados como dudosos o morosos, lo que supone casi 950 millones de euros.

En el caso de las moratorias concedidas, de los 56.000 millones de euros en crédito que entraron en esta medida, 22.000 millones ya han expirado. De ese volumen expirado, el 20% está bajo vigilancia especial, es decir, 4.400 millones, mientras que otro 10%, unos 2.200 millones, han sido calificados ya como dudosos.

Incremento de provisiones

Ante este alza del crédito bajo vigilancia, el Banco de España pide a las entidades que mantengan el esfuerzo en provisiones para absorber el impacto de la pandemia. La dotación de provisiones por riesgo de crédito en el negocio en España ha sido significativa en 2020, pero según el organismo, "este esfuerzo deberá mantenerse en el tiempo", e, incluso, "incrementarse dependiendo de la efectividad de las medidas de apoyo y de la evolución del escenario macroeconómico".

El documento señala que las dotaciones realizadas en 2020 en el negocio en España vienen a representar el 21,5% de las estimadas para los años 2020-2022 conforme al marco FLESB de pruebas de resistencia del Banco de España bajo el supuesto de un impacto moderado de las medidas de apoyo. Asimismo, apunta que el año pasado las pérdidas por deterioro aumentaron significativamente, especialmente en la primera mitad del año. Como consecuencia del potencial impacto de la pandemia en la calidad crediticia, las pérdidas por deterioro de activos financieros aumentaron más del 50%, lo que supuso unas dotaciones 8.700 millones de euros superiores en 2020 respecto a las registradas en 2019. No obstante, la mayor parte de este incremento se registró en la primera mitad del año (el incremento en las dotaciones entre junio de 2020 y junio de 2019 ya era de 7.600 millones de euros), ralentizándose el ritmo de dotaciones de manera significativa a partir de junio. Las pérdidas por deterioro en el negocio en España representan más del 40% de las dotaciones totales, y en su caso, el ritmo de dotaciones en la segunda mitad del año, aunque algo inferior, se ha mantenido en niveles cercanos a los del primer semestre de 2020.

Alerta por restricción de crédito

Por otro lado, el organismo apunta que aún "persisten riesgos notables para la estabilidad financiera". Uno de estos riesgos es la contracción de la oferta de crédito. Según el Banco de España, hasta el momento la oferta de crédito bancario se ha visto favorecida por las múltiples medidas de apoyo adoptadas, pero de cara al futuro, una recuperación más lenta de lo esperado de la economía por una evolución más negativa de la pandemia y el deterioro de la calidad crediticia de hogares y empresas, podrían llevar a amplificar los riesgos "a través de una contracción de la oferta de crédito, en particular en un contexto en el que existen dudas sobre los incentivos para el uso por parte de las entidades financieras de los colchones de capital disponibles".

El informe señala que las políticas económicas (monetaria y fiscal) se presentan como el principal factor mitigante de los riesgos. Por tanto, deberán mantener un tono suficientemente expansivo hasta que la recuperación sea sólida. "Para evitar un agravamiento de las vulnerabilidades que afectan a la estabilidad financiera, parece fundamental que la política económica se adapte adecuadamente a la evolución de la situación sanitaria y económica y a la desigual persistencia de los daños al tejido productivo en los distintos sectores y grupos poblacionales", apunta el texto. "Una retirada prematura de los apoyos podría agravar las vulnerabilidades de la economía y los riesgos para la estabilidad financiera", concluye al respecto.

Baja rentabilidad

Finalmente, el documento destaca los retos de la banca española, ante una preocupante rentabilidad. El Banco de España señala que la rentabilidad (ROE) de las entidades que operan en nuestro país se situó a cierre de 2020 en negativo (-3,1%) por las mayores dotaciones y saneamientos hechos durante la crisis sanitaria, frente al 6,9% que mantenía un año antes. Cogiendo las principales entidades del país, su ROE fue del -3,9% en 2020, frente al 2% de la media de la banca europea.

Asimismo, la depreciación de las divisas por la crisis, también afectó a los márgenes de intereses de la banca española y a los ingresos por comisiones, ambas líneas con caídas del 10% en el ejercicio. El organismo señala que las entidades de España, junto a las de Holanda, son las que más dependen del margen de interés para obtener ingresos. Concretamente, en el caso de la banca española, el 68,7% del margen bruto (totalidad de ingresos) procede del margen de interés.

Respecto a la solvencia, medida por el ratio CET1 que recoge el capital de primer nivel, aunque creció hasta el 13% en 2020, fue en parte fruto de que la banca no haya repartido dividendos este año siguiendo la recomendación del BCE, lo que le ha permitido llevarse esa cuantía a reservas y aumentar su capital. No obstante, apunta que en comparación con la banca europea, sigue siendo menos, ya que la de ésta se sitúa en casi el 16%.

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