El ya consejero delegado de UniCredit, Andrea Orcel, elegido este jueves por la junta de accionistas de la entidad, ha enviado una carta a la plantilla de la entidad, formada por más de 82.000 personas, en su primer día al frente del banco. Orcel ha asegurado en la misiva que su nuevo y ambicioso programa se basará en "la disciplina y el rigor" y no está exento de riesgos. "No promete una vida sencilla", afirmó en la carta.
Esta declaración de intenciones llega apenas unos días después de que fuentes conocedoras de los modales del banquero italiano expresaran a Financial Times su falta de diplomacia con los empleados de UBS (donde fue alto ejecutivo desde 2012 a septiembre de 2018), sus continuas y exigentes llamadas a las 6 de la mañana y la imposición de jornadas laborales de 18 horas. Algo que hizo cobrar un nuevo sentido a las palabras de Beltrán de la Lastra de enero de 2019, cuando aún era presidente y director de inversiones de Bestinver, quien dijo que les gustaba más el Banco Santander sin Orcel que con él.
El primer ejecutivo del mayor banco de Italia aseguró, no obstante, en su carta que está comprometido a apoyar a los empleados, a quien pidió poner en el centro de la entidad. "Esperan grandes cosas de nosotros y debemos devolverles su confianza y lealtad", aseguró la misiva interna a la que ha accedido Corriere della Sera.
Según Orcel, serán necesarios "cambios importante y urgentes" en el banco. Para ello, se centrarán en reducir la complejidad y simplificar la forma de tomar las decisiones. El ejecutivo aseguró que hay que optimizar el negocio para operar más rápido y, para ello, hay que acelerar la digitalización de la entidad. "La tecnología ya no estará en segundo plano. Se convertirá en una parte integral de la forma en que llevamos a cabo nuestro negocio, al igual que los talentos que contratamos y el capital que empleamos", dijo.
El ejecutivo aseguró que el compromiso con los accionistas de UniCredit es lograr un crecimiento rentable, sostenible y coherente, enfocado en las áreas en las que el banco es capaz de generar un valor añadido real. Por otro lado, el nuevo consejero delegado aseguró que, a nivel personal, se siento "honrado" de haber aterrizado en su nuevo cargo, que lo ve como la culminación de su trayectoria profesional. "Esta es la culminación de mi carrera en el sector financiero, sector en el que comencé a trabajar desde los 25 años. En los últimos años, he tenido la oportunidad de observar diferentes aspectos del sistema, tanto directamente como a través de los ojos de muchos líderes. Durante todo este tiempo, Unicredit ha sido una presencia constante para mí, uno de los clientes clave. En cierto modo, hoy vuelvo a casa", aseveró.
Finalmente, explicó que aceptó el cargo porque el sistema bancario es parte integral del funcionamiento de la sociedad. "Todos deberíamos estar orgullosos de trabajar para una institución capaz de tener un impacto tan decisivo en las múltiples facetas de la vida de una persona o familia. Sin embargo, en un momento determinado, nuestro sector parece haberlo olvidado parcialmente. Nos hemos vuelto demasiado seguros de nosotros mismos, a veces complacientes. Hoy es nuestra responsabilidad volver a demostrar nuestro valor añadido a todos", aseveró.
Flojo respaldo de la junta
Los accionistas de UniCredit mostraron en la junta de socios celebrada este jueves sus discrepancias con el millonario salario que cobrará Andrea Orcel como nuevo consejero delegado. El banco llevó a la asamblea el nombramiento de Orcel como primer ejecutivo y también su retribución. La junta contó con la presencia del 60% del capital social y, mientras que el 99,06% votó a favor de su nombramiento, solo el 54,1% apoyó su retribución.
Orcel ganará 7,5 millones en su nuevo cargo, lo que le convierte no solo en el banquero mejor pagado de Italia, también de Europa. Además, en este primer año recibirá esta retribución al complemento, independientemente de que cumpla objetivos. No será hasta 2022, cuando UniCredit ligue su retribución a la consecución de los mismos.
Esta política del banco ha indignado a los accionistas, que ven un halo de oscuridad en el salario, en contra de las buenas prácticas que exige el mercado. Concretamente, el sueldo fijo de Orcel es de 2,5 millones, que se complementa con hasta 5 millones del variable. Pero la entidad ha decidido darle en este primer ejercicio en el cargo todo el variable en acciones, argumentando que así alineará mejor sus intereses con los de los accionistas. Además, cobrará hasta ocho veces más de lo que ganó el año pasado su antecesor, Jean Pierre Mustier.
Por otro lado, parte del consejo del banco no ve con buenos ojos que el banquero mantenga su demanda contra el Santander (en la que le reclama 112 millones por su fichaje frustrado como consejero delegado) porque puede dañar la reputación del banco.