La fabricación de vacunas a nivel mundial de la industria farmacéutica ha pasado de 3.500 millones de dosis anuales en periodos previos a la pandemia a las 12.000 que se alcanzarán a lo largo de 2021. La consecución de esta escalada de producción no se ha conseguido por una ampliación de fábricas de las compañías históricas de vacunas, que también, sino que ha estado impulsada por los acuerdos entre diferentes farmacéuticas para conseguir el objetivo de poner freno a la pandemia.
Según el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, en la actualidad hay vigentes alrededor de 260 acuerdos que se han llevado a cabo entre los poseedores de vacunas contra el Covid con otras empresas con las que han alcanzado acuerdos. Si se mirara el mapa previo a la pandemia de los grandes actores de vacunas a nivel mundial, quizá solo se podría señalar a cinco o seis farmacéuticas: Sanofi. MDS, GSK, Pfizer o el Instituto Serum de la India. Hoy, el número de actores ha crecido exponencialmente y prácticamente en cada país europeo hay un fabricante.
Si se mirase el mapa a nivel nacional, España no tenía ninguna compañía fabricante de vacunas de uso humano en enero de 2020. Hoy ya son dos las farmacéuticas que pueden hacer esa labor y ambas tienen acuerdos con empresas que disponen de un suero para frenar al Covid. El Grupo Zendal fue el primero y hoy es el fabricante de Novavax para Europa y también el de la vacuna pública española, investigada por el CSIC. Esta semana también se ha sumado al hito Rovi, actor internacional en la fase final de llenado de inyectables pero que en septiembre será fabricante para Moderna. Además, hay otras dos compañías (Insud y Reig Jofre) que también participan en el envasado de dosis.
Esta transformación de la industria en España es la que persigue Farmaindustria a nivel general, para la producción de medicamentos esenciales que eviten la total dependencia que existe de Asia. La propuesta (que podría llegar a una inversión de 1.000 millones) espera el visto bueno del Consejo de Ministros. "España es el segundo país del mundo, por detrás de Estados Unidos, en Ensayos Clínicos. Somos una potencia en industria farmacéutica y podemos, si hay estrategia a medio y largo plazo del Gobierno, ser referentes de fabricación a nivel mundial. No esperamos fondos, queremos una apuesta de país".
Entre otras cosas, lo que la industria espera es un listado de medicamentos esenciales que no ser vea tan afectado por las políticas de precio para que sea rentable su fabricación en Europa. Sin embargo, si bien es cierto que la propuesta ha gustado en el Ministerio de Industria, en el de Sanidad hay un Plan de fomento del genérico que disgusta a Farmaindustria. "La receta por principio activo no nos gusta y además no genera ahorros. Creo que es un plan ideológico en lugar de práctico", dice López-Belmonte.