Empresas y finanzas

Celsa solicita el mayor rescate de la Sepi, por más de 700 millones

  • La siderúrgica ha duplicado su petición de ayuda acuciada por los acreedores
Oficinas de Celsa. EE.
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La siderúrgica catalana Celsa ha duplicado su petición de rescate a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), solicitando más de 700 millones de euros de ayuda, frente a los 350 que requirió en diciembre. La compañía confía en este mecanismo habilitado por el Gobierno para empresas estratégicas afectadas por la pandemia para salir adelante pese a los niveles insostenibles de deuda que arrastra desde hace años y por los que mantiene una guerra judicial con sus acreedores.

Si la Sepi acepta la solicitud, será la de mayor cuantía con cargo a este fondo de ayudas -dotado de un total de 10.000 millones-, muy superior a la formalizada con Air Europa en noviembre por 475 millones. Antes, se deben definir cuestiones como el desglose de la ayuda (qué cantidad se concede en concepto de préstamo participativo, en préstamo ordinario y en aportación de capital), así como negociar el plan de viabilidad de la compañía, requisito imprescindible para tramitar la ayuda, informó Europa Press.

Celsa da empleo a casi 10.000 trabajadores de forma directa (33.233 directos e indirectos), tiene 120 centros de trabajo distribuidos por todo el mundo; factura más de 4.000 millones de euros anuales y en los últimos 15 años ha realizado inversiones por 2.682 millones de euros.

El grupo Celsa y las compañías que operan bajo su marca (Celsa Barcelona, Global Steel Wire, Celsa Nordic, Celsa Huta Ostrowiec, Celsa Steel UK y Celsa France) representan el mayor fabricante de productos largos en España y uno de los principales de Europa, pero hace tiempo que batalla con los fondos de inversión -como Goldman Sachs, Deutsche Bank, Canyon, CVC, Goldentree y Sculptor, entre otros- que tomaron el relevo de la banca como acreedores de la deuda de la multinacional catalana con sede en Castellbisbal (Barcelona).

La familia propietaria, los Rubiralta Rubió, confían en la Sepi para sortear su último escollo: el impago de los intereses y del capital del préstamo convertible pactado en la refinanciación que la firma industrial rubricó con la banca en 2017. Hasta el pasado mes de enero había conseguido que la Justicia le aceptase dejar estos pagos en suspenso como medida cautelar, pero entonces se retiró esta protección, ante lo que Celsa presentó recurso. Y es que la segunda generación del fundador de Celsa quiere evitar perder el control si los fondos deciden entrar en el capital a cambio de saldar la deuda.

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