
El cuello de botella en el proceso de vacunación está, actualmente, en el número de dosis disponibles para su administración. La mayoría de países europeos, incluido España, han dejado atrás los pobres datos que les acompañaron entre finales de diciembre y principios de enero y a finales de la semana pasada habían puesto la práctica totalidad de las dosis recibidas.
España se encuentra en el 5,84% de personas vacunadas con las dos dosis pertinentes (porcentaje sobre el total de dosis recibidas), pero ha suministrado más del 85% de las vacunas, sin contar el fin de semana.
La situación es similar en otros países de la Unión Europea. De hecho, España es el segundo país europeo en el proceso de vacunación dentro de la clasificación que ofrece Our World in Data (si bien no todos los países europeos están actualizados a la misma fecha). Según la información que ofrece la agencia de noticias Reuters, algunas regiones de Alemania han suspendido los primeros pinchazos por temor a quedarse sin dosis para los que ya han recibido una administración. Lo mismo ocurre en Italia y en España. Son varias las comunidades que han lamentado tener que levantar el pie del acelerador por temor a no poder completar la pauta completa de vacunación.
Este lunes, el suministro de vacunas de Pfizer recuperará el ritmo que llevaba en las primeras semanas. A España volverán a llegar las 360.000 dosis y a partir del 15 de febrero se producirá un aumento en el caudal, si bien no ha sido cuantificado ni por la empresa ni por la Comisión Europea. Pero lo cierto es que de las que lleguen esta semana necesitarán la segunda dosis todos aquellos que se vacunaran entre el 4 y el 8 de enero, que fueron casi 150.000 personas. Es decir, se podrá avanzar en la primera dosis en unas 200.000. A esta cifra hay que sumarle lo que llega desde Moderna. La semana pasada llegaron 35.700 dosis, pero se espera que este lunes sean más, ya que el ministro de Sanidad, Salvador Illa anunció una media de 100.000 a la semana ("600.000 en las próximas seis semanas", dijo en concreto).
Los objetivos de vacunación que se persiguen en Europa, hoy, parecen una quimera. AstraZeneca, cuya vacuna espera ser aprobada esta semana, tampoco cumplirá con lo pactado para el primer trimestre del año. Europa ha comprado 300 millones de dosis, de las que a España llegará 31 millones. Sin embargo, estas cifras son anuales y los problemas de fabricación de la compañía inglesa lastrarán el proceso de vacunación en febrero. Ni AstraZeneca ni tampoco la compañía contratada en España para el envasado, Insud Pharma, han querido cuantificar en cuántas dosis se traducirá el retraso anunciado. Solo han señalado que afectará al primer trimestre. Es cierto que a partir del 15 de febrero el ritmo de vacunas semanales de Pfizer aumentará (tampoco hay datos disponibles) pero vacunar a 2,3 millones de españoles hasta marzo es una tarea que se presenta complicada.
Otra historia es la que está ocurriendo en otros países del mundo. Israel y Emiratos Árabes siguen muy destacados en la inmunización de su población. De hecho, en el primero de ellos hay vacunados casi un tercio de la población, cifra que en España no se espera antes de abril o mayo. Estados Unidos, aunque muy alejado de estos dos países, se encuentra en cuarta posición, por detrás de Reino Unido, si bien este último está utilizando también el antígeno de AstraZeneca.
Tanto Israel como Estados Unidos pagaron más por sus dosis (47 euros el primero y sobre 18 euros el segundo, mientras que en Europa, si bien no es oficial, rondaría los doce euros). Además, en el caso americano, también las reservaron antes que la Unión Europea. Pero además, en ambos países, junto a Emiratos Árabes, el sector privado colabora con el sector público para cumplir el objetivo de inmunuizar cuanto antes a la población de sus países.