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La red social Parler se enfrenta a su extinción por alojar contenidos de extrema derecha y reabre el debate sobre la libertad de expresión

  • El fundador afirma que hay un "doble rasero" con respecto a FB y Twitter
  • Algunas redes sociales han suspendido las cuentas de Donald Trump
  • El debate sobre la libertad de expresión vuelve a estar sobre la mesa

Tras años de recibir críticas continuadas, las grandes tecnológicas han decidido limpiar su imagen como propiciadores necesarios de la difusión de noticias falsas ('fake news') y la organización de grupos extremistas que incitan al odio y la violencia. En las últimas horas, la víctima de la recién descubierta corrección política de las 'big tech' es Parler, una red social que ha sido expulsada de los principales mercados de aplicaciones por dar cabida a las teorías de la conspiración, la extrema derecha y demás grupos relacionados con el asalto al Capitolio de EEUU la pasada semana.

Así, Parler fue borrada el viernes de la tienda virtual de Alphabet, Google Play, seguido un día después de la Apple Store que dirige la compañía de Cupertino, y este domingo fue el turno de Amazon, quien retiró el alojamiento de la aplicación en sus servidores de Amazon Web Services (AWS), haciendo imposible acceder al programa. Todas ellas alegan que la red social atentaba contra las normas del servicio al permitir contenidos violentos o de incitación al odio. En cualquier caso, Parler se había aupado - junto a Signal - a los puestos más altos en las listas de descargas de aplicaciones en los últimos días.

El fundador y presidente ejecutivo de Parler, John Matze, ha sugerido en una entrevista a Fox News que se ha producido una suerte de conspiración por parte de sus rivales para sacarle del negocio con la excusa de los contenidos: "Todos trabajan juntos para asegurarse de que perdamos acceso al mismo tiempo no solo a nuestras apps, sino cerrando nuestros servidores (...). No sólo han intentado matar la app, sino destruir la compañía entera".

Matze: "Matará el negocio de Parler, en el mismo momento en que iba a despegar"

Matze, ha señalado que hay un "doble rasero" a la hora de valorar los contenidos, señalando que el resto de redes sociales "tienen los mismos problemas, incluso probablemente a una escala mayor". En este sentido, tanto Facebook (y el uso que hizo Cambridge Analytica de esta plataforma) como Twitter han sido frecuentemente acusadas de servir de altavoz a escenas violentas, teorías de la conspiración, difusión de noticias falsas e incluso manipulación de campañas electorales a través de bots y el uso del big data.

En este sentido, el fundador de Parler ha remarcado que está haciendo todo lo posible para "volver a estar online tan rápido como sea posible", pero que se enfrenta a graves problemas a la hora de alojar su sistema porque los proveedores afirman que "si Apple no lo aprueba y Google no lo aprueba, ellos tampoco". Por ello, en un comunicado ha apuntado estarán "caídos más tiempo del previsto".

Por el momento, la compañía ha interpuesto una demanda contra Amazon por incumplir la norma anti-trust, al entender que AWS no está expulsando a Twitter de sus servidores pese a que "ahorcar a Mike Pence" (el vicepresidente de EEUU) fue tendencia en la red social presidida por Jack Dorsey. Además, alegan que el contrato que tenía Parler con AWS establecía un periodo de preaviso de 30 días para el cierre del servicio, en lugar de las 30 horas proporcionadas. Así, exige la medida cautelar de devolver el alojamiento de su plataforma en AWS este mismo lunes porque haberles dejado sin él "es el equivalente a desconectar del soporte vital a un paciente hospitalizado. Matará el negocio de Parler, en el mismo momento en que iba a despegar", reza la demanda.

La copia de metadatos del día 6 de enero podría ayudar a perseguir a los asaltantes del Capitolio

Por otra parte, un investigador (conocido en Twitter como @donk-enby) aseguró este domingo que ha logrado hacer una copia de casi la totalidad de los contenidos del día del asalto al Capitolio, y esto incluye la localización GPS desde la que se compartieron los vídeos, lo que permitiría a las autoridades identificar con facilidad a los insurrectos, a pesar de los problemas de privacidad que esto implicaría.

Sin embargo, parece claro que esta lucha contra Parler dista mucho de ser suficiente para detener la coordinación online de la extrema derecha estadounidense. Otras aplicaciones de nueva creación, así como las ya existentes Rumble, Gab, MeWe, Zello o Telegram, tomarán su lugar en una masa minoritaria pero enfervorecida que lleva varios años organizándose por estas vías e incluso por las más comunes Twitter y Facebook. La cuestión es, una vez más, establecer la línea que separa el uso legítimo de la libertad de expresión del abuso de dicha libertad, y quién y cómo marca los límites.

En este aspecto, Twitter primero bloqueó y luego cerró la cuenta del actual presidente estadounidense, Donald Trump, tras los sucesos del Capitolio, mientras Facebook le suspendió al menos hasta la toma de posesión de Biden el próximo 20 de enero.

Pero desde fuera de EEUU, países como Alemania y Francia también han cuestionado el papel de las grandes tecnológicas en este sentido, oponiéndose a la suspensión de dichas cuentas de Trump. En este sentido, desde el Ejecutivo de Angela Merkel han señalado que el marco de lo que es o deja de ser libertad de expresión en casos tan relevantes como los de un líder elegido democráticamente debe venir dada por los legisladores, y no por las compañías. En el mismo sentido se ha pronunciado el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, quien ha apuntado a que debe ser el estado y no la "oligarquía digital" quien fije los límites, e incluso ha arremetido contra las grandes tecnológicas remarcando que son "una de las amenazas" a la democracia.

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