Repsol, Alibaba, Apple, Nestlé... Cada vez son más las empresas que apuestan por aplicar la reforestación para reducir el impacto de sus emisiones de CO2, entre otras Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), como la conservación de humedales o el cultivo de carbono con especies agrícolas específicas, tal que las legumbres.
Se calcula que las SBN pueden aportar hasta un 37% de la mitigación de las emisiones necesarias para limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados en 2050 -meta del Acuerdo de París-, pero su uso enciende la polémica, sobre todo entre las ONG de corte ambiental, que reclaman a las empresas que reduzcan las emisiones, no su compensación.
Ahora bien, durante las próximas décadas no sólo será necesario reducir las emisiones de CO2; también hará falta retirar carbono de las atmósfera para disminuir su concentración y frenar el calentamiento, y hay dos formas de hacerlo; con técnicas industriales, aún extraordinariamente onerosas, o con sumideros naturales, como los océanos o los bosques.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU decía solemnemente esta semana que "el mundo está ardiendo y es urgente revertir el curso del cambio climático", durante la 75 Asamblea General de la organización, en la que China se ha comprometido a ser neutra en emisiones de CO2 en 2060.
Cada vez son más las empresas que incorporan a sus planes de negocio ese objetivo de neutralidad de emisiones a largo plazo: Indra, Facebook, Ford, LafargeHolcim, Mastercar y otras se han unido este año a un colectivo que ya supera holgadamente el millar, aprovechando la gran cita internacional.
Sin embargo, alcanzar esa meta no es nada fácil para los grandes corporaciones, sobre todo por el impacto de sus largas cadenas de proveedores. Además, muchas de ellas son conscientes de que parte de sus actividades no se pueden descarbonizar con la tecnología actual y buscan alternativas, como la compensación de sus emisiones de CO2 en sumideros de carbono, mediante las SBN.
Impacto a corto plazo
Las SBN se dividen en tres grandes bloques: las relacionadas con la silivicultura, las relacionadas con las tierras agrícolas y los pastizales, y las relativas a los humedales y las masas de agua. Cobran fuerza a partir de 2016 -tras el Acuerdo de París- y el interés por ellas se está acelerando, porque su coste es más bajo que otras opciones y porque permiten actuar a corto plazo.
En la contabilidad climática global, se calcula que las SBN pueden aportar el 37% de la mitigación de CO2 necesaria para limitar el calentamiento a dos grados centígrados en 2050, mientras que todo el resto de la reducción corresponde al menor consumo de combustibles fósiles.
Un reciente trabajo de la Cátedra de Transición Energética Universitat de Barcelona - Fundación Repsol y el Institut Cerdá, ha rastreado las iniciativas de SBN y, sobre 250 identificadas globalmente, ha seleccionado los 45 proyectos más relevantes: el 56% está en Europa y el 29% en América.
El 68% de esos proyectos está relacionado con los bosques y la reforestación, incluyendo uno para desarrollar árboles y plantas transgénicas que absorban más CO2 -Salk Harnessing Plants Initiaive-, que ha recaudado unos 30 millones de euros. Otro 20% de los proyectos se refieren a las tierras agrícolas y los pastizales -uso de fertilizantes sostenibles o agricultura de precisión- y un 12% se centra en la conservación de humedales y masas de agua. En España, el 98% de las SBN son silvícolas.
Las petroleras, en cabeza
Repsol, sin ir más lejos, está haciendo de la reforestación su gran baza para ser neutra en carbono en 2050 -calcula que un 30% de sus emisiones no pueden reducirse con la tecnología actual-, e invertirá más de 15 millones de euros en reforestar unas 5.000 hectáreas durante los próximos tres años.
En Europa, Shell tiene 300 millones de dólares presupuestados para invertir en ecosistemas naturales en los próximos tres años, en los que quiere plantar seis millones de árboles -ha reforestado 1.100 hectáreas- en Europa, Oceanía y Asia; Total tiene un presupuesto anual de 100 millones para bosques, ha reforestado 500 hectáreas y tiene el objetivo de desarrollar almacenes para más de 40 millones de toneladas de CO2 en un período de 25 años; y BP tiene numerosos proyectos de reforestación, como la plantación de cuatro tipos de árboles en 10.000 hectáreas de tierras degradadas de Tanzania.
Fuera de Europa, la saudí Aramco ha reforestado 600 hectáreas, ha secuestrado 1,5 millones de toneladas de CO2 y ha plantado dos millones de árboles; la china CNPC ha recuperado 1.000 hectáreas, ha plantado cinco millones de árboles y está creando un corredor verde de 562 kilómetros en el desierto de Taklimakan; la brasileña Petrobras va a invertir 100 millones de dólares en reforestación en el Estado de Río de Janeiro.
Al margen del ámbito petrolero, Allianz está plantando 12 millones de árboles en Filipinas para reforestar 25.000 hectáreas; Alibaba dispone de una app con más de 500 millones de usuarios que se ha traducido ya en más de 100 millones de árboles en 90.000 hectáreas; Apple ha comprado 15.000 hectáreas en EEUU, otras 10.000 hectáreas de manglares en Colombia y más de 400.000 hectáreas en China; Nestlé tiene el compromiso de que un 90% de sus suministros no produzcan deforestación y ha plantado ocho millones de árboles; Volkswagen planta un árbol por cada coche vendido...
La contabilidad del CO2 de las empresas todavía no incluye las SBN, pero a la vista del auge que están experimentando, hay un fuerte debate para que se incluyan.