Empresas y finanzas

Liberty House, el gigante industrial llamado a salvar la planta gallega de Alcoa

  • Empresarios y sindicatos defienden la propuesta solvente y viable del grupo
Planta de aluminio primario de Alcoa, ubicada en Lugo. EFE

Liberty House Group se ha convertido en el caballero blanco que Galicia espera para garantizar el futuro de la planta de Alcoa San Cibrao (Lugo), la única que produce aluminio primario en España, una industria estratégica y básica para la economía del país ya que, por ejemplo, garantiza el abastecimiento de las fábricas de automóvil o de grupos como Aludium o Alibérico.

En pleno estado de alarma y con los precios del aluminio en mínimos, la multinacional norteamericana anunció el cierre definitivo de la planta y puso en marcha un ERE para casi toda la plantilla: 534 personas. Alcoa explicó al Gobierno que la situación de la fábrica gallega es "insostenible" por "el marco energético actual y la sobrecapacidad global" y se negó a negociar alternativas, como la búsqueda de un comprador. Según las cuentas que presentó a los sindicatos en mayo, la planta iba a cerrar el año con unas pérdidas de 60 millones. En esas fechas el aluminio cotizaba en el entorno de los 1.450 dólares, precio que se ha recuperado a los 1.798 dólares por tonelada.

La Xunta y los sindicatos presionaron a Alcoa para que se  sentara a negociar con el grupo londinense

Pese a que Alcoa asegura que los problemas de la única planta de aluminio que queda en España tienen "un carácter permanente", lo cierto es que la instalación, con capacidad para 232.000 toneladas, ha despertado el interés del gigante Liberty House, uno de los diez grandes productores de acero del mundo con presencia en Europa, EEUU y Australia, y que tiene a gala apostar por el uso de energías renovables para fabricar "aluminio verde".

La compañía con sede en Londres, que emplea a unas 30.000 personas y factura 7.800 millones al año, firmó a principios de agosto un acuerdo con la norteamericana para "negociar en exclusiva" un acuerdo de compra venta. Alcoa se negó a analizar la operación pero la Xunta y los sindicatos la convencieron, aunque ha dejado fuera la planta de alúmina. Así, las conversaciones avanzan con el respaldo del Ejecutivo y la mirada puesta en el 28 de septiembre, fecha en la que concluirá el periodo de consultas del ERE y el compromiso de Alcoa de mantener la actividad de la fábrica.

Un comprador diferente

Pese a que no es la primera vez que Alcoa deja en manos de un "salvador" el futuro de sus plantas españolas con un resultado más que cuestionable para su viabilidad, el sector privado y los sindicatos apoyan abiertamente la compra de San Cibrao por parte del gigante industrial. Fuentes empresariales explican que la multinacional, perteneciente al grupo GFG Alliance, es seria y tiene experiencia en transformar y rentabilizar plantas (adquirió a Arcelor Mittal las instalaciones de Italia, Macedonia, República Checa...). Así, Liberty ha comprado una planta de aluminio primario en Escocia (Reino Unido) y otra en Dunkerque (Francia), donde tiene previsto invertir y que sigue funcionando.

Asimismo, fuentes empresariales señalan que es muy positivo que el grupo fundado por Sanjeev Gupta haya puesto al frente a de las negociaciones a Arnaud de Weert, director de operaciones de GFG Alliance desde junio de 2019. El directivo, de origen holandés, fue director general del productor de aluminio Aludium, una empresa con fábricas en Alicante y Amorebieta y principal cliente de San Cibrao. En 2016 compraba a la planta gallega de Alcoa 140.000 toneladas de aluminio primario, más de la mitad de su producción anual. Así, De Weert conoce bien España, el sector y el potencial de la fábrica gallega. En este punto, cabe recordar que Aludium se alió con Alibérico para tratar de comprar las plantas de Avilés y A Coruña de Alcoa en 2016. La operación se fue al traste por los altos costes de energía.

Liberty, que es competidor de Alcoa, también trató de comprar las plantas de Avilés y A Coruña, pero finalmente acabaron en manos del fondo suizo Parter Capital, que se comprometió a frenar su desmantelamiento. Las adquirió a mediados de 2019 y menos de un año después se las revendió a Riesgo. Los sindicatos denuncian que el futuro de las instalaciones está en peligro.

El comité de empresa de la planta gallega también defiende que la instalación pase a manos de Liberty House debido a que, entre otras cosas, ha puesto sobre la mesa un plan de viabilidad industrial y de inversión y ha demostrado tener "un proyecto para garantizar su futuro". "La propuesta de Liberty es sólida. La compañía ha exigido que las cubas estén abiertas para comprar la planta, ya que una vez paradas cuesta mucho arrancarlas. Además, tiene previsto invertir en mejorar la producción y está dispuesta a llegar a acuerdos a largo plazo para garantizar el precio de la energía", explican fuentes del comité de empresa.

En concreto, el gigante industrial tiene previsto invertir en la fundición para mejorar la calidad y el acabado del aluminio primario y así venderlo a un mayor precio. Además, ha presentado un proyecto para construir una planta de cogeneración, una fotovoltaica y otra de hidrógeno para abastecer la fábrica y avanzar en el plan de ser un gigante industrial verde y controlar el precio de la energía. Un plan que le permitiría beneficiarse de las ayudas de la UE. Fuentes empresariales señalan que el coste de la misma podría dificultar el cierre de la operación ya que la planta necesita que la electricidad cueste entre 30 y 32 euros el megavatio hora para ser rentable y esta llega a costar 40 o 45 euros. En este punto, el Gobierno se ha comprometido a garantizar un coste de la energía entre los 25 y los 35 euros.

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