
El futuro del Grupo Gallardo Balboa sigue en el aire. La adquisición por parte de Megasa, la compañía gallega interesada en quedarse con la siderúrgica, está condicionada a una quita de los acreedores, según han explicado fuentes financieras a elEconomista. La deuda de Grupo Gallardo asciende a 150 millones de euros. Las mismas fuentes señalan lo complicado de la transacción, pues la quita exigida es "muy alta".
En este contexto, la siderúrgica extremeña solicitó la pasada semana el preconcurso de acreedores, una herramienta legal que le otorga un plazo de cuatro meses para llegar a un acuerdo para refinanciar su deuda y garantizar así su viabilidad futura. Entre los principales bancos acreedores figuran Santander, BBVA y Caixabank. La presentación del concurso se produjo, tal y como adelantó este diario, después de que la compañía solicitara sin éxito préstamos avalados por el Estado al ICO.
Este organismo exige unos requisitos de solvencia que la siderúrgica extremeña no pudo hacer frente pues su situación financiera se ha agravado con la pandemia. Como buena parte de la industria española, dos de las sociedades de Grupo Gallardo Balboa tuvieron que paralizar su actividad tras la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo.
Cabe recordar que el pasado mes de noviembre, KKR –su principal acreedor hasta ese momento– se vio obligado a ejecutar un canje de deuda por acciones para quedarse con el 100% de la compañía ante la imposibilidad de ésta de cumplir con los ratios financieros exigidos derivados de su acuerdo de refinanciación del año 2014. Mediante dicho acuerdo, el grupo siderúrgico consiguió reducir su deuda en 500 millones de euros y situarla cerca de los 100 millones en aquel momento. elEconomista contactó con KKR, que declinó hacer comentarios sobre esta información.
Complicada reestructuración
Para el fondo, solicitar el preconcurso significa ganar más tiempo, paralizar posibles ejecuciones y evitar tener que desembolsar más capital si la compañía fuera a liquidación y con los activos no se cubrieran las deudas. De hecho, tal y como consta en sus cuentas correspondientes al ejercicio de 2018 –y firmadas el pasado mes de marzo, antes del estado de alarma–, con el cambio de titularidad de la compañía, KKR ha iniciado "actuaciones cuya finalidad es dotar al grupo y su sociedad dominante de una estructura financiera adecuada".
Por ello, contrató a Houlihan Lokey, FTI y Latham & Watkins para reestructurar su deuda. Es más, según explican diferentes fuentes financieras, Megasa no ha sido el único inversor al que han planteado la posibilidad de quedarse con esta compañía. Sin embargo, hasta la fecha todavía no ha llegado a buen puerto ninguna de las negociaciones.
La complicada situación que atraviesa Grupo Gallardo Balboa no es la única en la industria española. Desde Celsa a Alcoa pasando por Duro Felguera o ArcelorMittal, el sector no atraviesa uno de sus mejores momentos por el impacto del coronavirus en su actividad, que se suma a otros problemas previos como el alto coste de la electricidad o el frenazo a las inversiones en esta industria, uno de los grandes olvidados del Gobierno, según denuncian.