
La crisis económica derivada del coronavirus comienza a hacer mella en las compañías españolas. El grupo Gallardo Balboa, que llegó a ser una de las joyas de la industria siderúrgica del país, ha sido uno de los primeros perjudicados. KKR, su propietario desde el pasado año, ha solicitado el preconcurso de acreedores como medida preventiva para tratar de mantener la viabilidad de la compañía, que arrastra una deuda de 150 millones de euros, según han revelado fuentes financieras a elEconomista. Para esta reestructuración ha contratado a Houlihan Lokey, FTI y Latham & Watkins.
Según han explicado las mismas fuentes, la gestora de capital privado ha tomado esta decisión tras haber solicitado financiación al ICO sin éxito y después de haber tanteado a varios inversores financieros sin que prosperaran, por el momento, dichas conversaciones. Ante esta complicada situación, el consejo de administración ha activado el engranaje necesario para tratar de sortear esta crisis.
Para KKR, solicitar el preconcurso significa ganar más tiempo, paralizar posibles ejecuciones y evitar tener que desembolsar más capital si la compañía fuera a liquidación y con los activos no se cubrieran las deudas. elEconomista contactó con KKR, Houlihan Lokey y Latham & Watkins, que declinaron hacer comentarios sobre esta información. También trató de contactar con FTI, pero al cierre de esta edición no lo consiguió. Grupo Gallardo Balboa ha enviado una nota de prensa en la que especifica que "están en negociaciones avanzadas con un operador industrial" y que "no han solicitado el concurso", aunque no han dicho nada sobre el preconcurso, tal y como especifica esta información. Fuentes conocedoras del proceso apuntan a que la solicitud del preconcurso se presentó la pasada semana.
Cabe recordar que KKR es el propietario del 100% de Grupo Gallardo Balboa desde el pasado mes de noviembre, cuando realizó un canje de deuda por acciones ante la imposibilidad de la compañía de cumplir con los ratios financieros exigidos derivados de su acuerdo de refinanciación del año 2014. Mediante dicho acuerdo, el grupo siderúrgico consiguió reducir su deuda en 500 millones y situarla cerca de los 100 millones.
La difícil situación de la industria
Sin embargo, en los últimos años la compañía no ha evolucionado según lo esperado y registró unas pérdidas de 128 millones y un fondo de maniobra negativo de 58 millones a cierre del ejercicio de 2018, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, que fueron aprobadas en el mes de marzo de este año, antes de que se acelerara la crisis del coronavirus y se decretara el estado de alarma. Este resultado, según explica la compañía en dicho documento, se debe a la subida del precio de la electricidad y el de las materias primas. Los fondos propios, no obstante, ascendían a 214 millones a cierre del ejercicio de 2018.
"Con el cambio de la toma de control, los acreedores sénior de la dominante última de la sociedad, ahora asimismo propietarios de sus acciones, han iniciado actuaciones cuya finalidad es dotar al grupo y su sociedad dominante de una estructura financiera adecuada", explicaba la compañía el pasado mes de marzo en sus cuentas, mostrando la vocación de KKR de sanear el balance de la compañía extremeña.
La pandemia del coronavirus ha puesto a la compañía en una situación todavía más complicada, ya que se vio obligada a paralizar su actividad y a presentar un Erte en algunas de las sociedades del grupo. Una situación similar a la que han vivido otras empresas industriales españolas como Celsa o Alcoa. En la actualidad, el grupo Gallardo Balboa cuenta con una plantilla de casi un millar de empleados. El grupo empresarial, que llegó a facturar más de 2.000 millones de euros al año, tiene fábricas en Madrid, Extremadura y País Vasco.