La Comisión Europea ha movido ficha en la batalla por hacerse con las dosis suficientes de la futura vacuna del Covid. Tras reunirse el viernes pasado con los ministros de salud de la Unión Europea, donde la mayoría les dio permiso para negociar en su nombre, Bruselas ha puesto encima de la mesa 2.400 millones de euros para asegurar un suministro suficiente.
Con este presupuesto, la Comisión cerrará acuerdos con fabricantes de vacunas para financiar parte de los costes en los que incurran estas compañías. La fórmula burocrática será la del Acuerdo de Compra Anticipada.
Estos pagos se concebirán como un anticipo por la compra de dosis de vacunas. Es decir, será un dinero que asegure una producción pero posteriormente, los países adheridos al programa tendrán que pagar por las dosis que quieran. Esta fórmula deja tranquilos a la mayoría de firmantes, como España, quien abogaba por tener en cuenta el perfil epidemiológico de cada país.
Bruselas elegirá a los fabricantes de vacunas con los que firmará sobre la base de una serie de criterios. Entre ellos, se encuentra tener una capacidad suficiente de producción en la UE. Las autoridades comunitarias también tendrán en cuenta otros factores como la solidez científica, el uso de diferentes metodologías para aumentar las posibilidades de éxito, la velocidad de la entrega de dosis o el coste. Pero avisan, "siempre existe el riesgo de que los candidatos que recibirán financiación europea fracasen durante los ensayos clínicos". Es decir, la Comisión paga por tener acceso, no por el producto en sí.
Pero Europa no está unida en el proyecto de hacerse con una vacuna. Este programa de Bruselas convive con el que han puesto en marcha Alemania, Francia, Holanda e Italia. El pasado fin de semana (un día después de la cumbre de ministros de salud europeos), la alianza de estos cuatro países anunció el acuerdo alcanzado con la farmacéutica AstraZeneca para el suministros de hasta 400 millones de dosis a precio de coste.
La empresa británica lidera el ensayo clínico que descubrió la Universidad de Oxford y es una de las posibles vacunas en un estado más avanzado. Además, este miércoles la empresa francesa Sanofi llegó a un acuerdo con el Gobierno galo para invertir 610 millones de euros en una nueva planta de producción de vacunas en la localidad de Lyon. Será una planta más moderna que el resto que tiene la compañía en Francia, con capacidad para desarrollar cuatro tipos distintos de vacunas.
España apoya a Bruselas pero no pierde de vista el proyecto de estos cuatro países. El Ministerio reconoce que han tanteado la posibilidad de entrar en el acuerdo, pero las posiciones no están cerca. El Gobierno holandés ha sido muy claro: quien entre lo hará con las mismas condiciones que el resto y ahí hay discrepancias porque estos países conciben el reparto de dosis por población, sin tener en cuenta la situación epidemiológica.
Además, en un primer momento, España fue descartada de esa alianza por no disponer de una fábrica de vacunas de uso humano. Sí las tiene veterinarias y podría homologarlas, pero hace semanas que se reunió con Veterindustria y hasta hoy no ha habido nuevos movimientos.