Empresas y finanzas

La producción de la vacuna del covid en España depende de seis fábricas veterinarias

  • El Gobierno debe certificarlas para poder desarrollar el inyectable
  • La patronal Veterindustria fue la intermediaria entre Sanidad y las compañías
Foto: Reuters.

España no tiene plantas de fabricación de vacunas de uso humano. Este déficit puede convertirse en un hándicap muy importante dentro de unos meses, cuando se disponga de una vacuna para el coronavirus y el mundo entero tensione de nuevo a un mercado en el que todos querrán lo mismo. Pero el país tiene una solución al alcance de la mano y lo único que necesita es presteza administrativa y confiar en la colaboración público privada.

En España hay seis fábricas que realizan vacunas de uso veterinario, algunas con tecnología muy avanzada, y lo único que necesitan es una homologación que el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española del Medicamento, debe realizar.

Las compañías de vacunas de animales están asociadas a la patronal Veterindustria y reconocen que ya han mantenido contactos con el Gobierno. "Nosotros hemos hecho de enlace con el Ministerio de Sanidad. A partir de aquí ellos se pondrán en contacto con las compañías que quieran o necesiten", dicen. Entre las fábricas existentes está la planta de vacunas de veterinaria que la farmacéutica MSD tiene en Salamanca. También están CZVaccine (Pontevedra), Zoetis (Gerona), Syva (León), Hipra (Gerona) o Calier (Barcelona).

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya avanzó estos contactos. "En España no hay fabricantes de vacunas a gran escala, sí lo hay de fabricantes de vacunas veterinarias con gran experiencia en materia de producción. Se ha contactado con ellos para conocer su capacidad y se les asesorará para cumplir los requisitos y obtener la autorización de fabricación de uso humano", dijo. Desde Veterindustria aseguran que las adaptaciones que tengan que hacer las fábricas las decidirá la Agencia del Medicamento, aunque este órgano no las ha revelado aún.

Los avances en la búsqueda de la vacuna son prometedores, tanto desde la esfera privada como de la pública. Desde la vacuna de Moderna, cuyos resultados son buenos pero muy preliminares, hasta las investigaciones públicas que se llevan a cabo en España de la mano del doctor Mariano Esteban en el CSIC. También lo son los proyectos de Pfizer, AstraZeneca o Janssen, pero en todos los casos el problema final es el mismo: producir en tiempo y forma para que España sea de los primeros países en disponer de la cura.

El trabajo que tiene por delante Sanidad no puede permitir ningún titubeo. Si se quiere apostar por la vía pública, es necesario que estas plantas sean certificadas cuanto antes para que acompasen la producción a la investigación. Si no, no se llegaría a tiempo. Pero también Sanidad puede poner en contacto a los fabricantes de vacunas de uso veterinario con una de las multinacionales que trabaja en la vacuna y comprarle parte de la producción.

Un problema añadido

Pero no solo tener una planta de vacunas asegura el abastecimiento. Lo hará si alguna de las investigaciones públicas que se están llevando a cabo en España da frutos y siempre y cuando haya un acuerdo con una de las compañías veterinarias. Pero si la vacuna llega, por ejemplo, de Estados Unidos, puede haber problemas. De ello ya es consciente la Unión Europea. El Gobierno americano ha puesto dinero en las investigaciones y lo lógico es que haya una cláusula en la que se asegure que la vacuna primero abastecerá al país antes de exportarla.

La directora de la Comisión de Salud de la Unión Europea, Anne Bucher, es consciente de este problema y aboga por facilitar las aprobaciones de nuevos tratamientos al estilo de la FDA norteamericana. "Estas empresas nos dicen una y otra vez que es importante tener un proceso de autorización equivalente a la autorización de emergencia que existe en Estados Unidos. Así podríamos también producir la vacuna en Europa", dice. Pero, además, Bucher es consciente de la falta de capacidad de producción, de ahí que países como España necesiten acondicionar los centros que tienen dentro de sus fronteras para adelantarse al problema de la falta de vacunas cuando las haya.

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