Empresas y finanzas

Virgin Australia declara el concurso de acreedores y fía su futuro a un rescate

  • La cúpula deja en manos de Deloitte la reestructuración y refinanciación de la aerolínea
Avión de Virgin Australia

El futuro de Virgin Australia pende de un hilo por la pandemia del coronavirus, que ha paralizado el sector de la aviación dejando en tierra el grueso de las flotas mundiales. La segunda aerolínea de Australia ha declarado el concurso de acreedores con la mirada puesta en reestructurar su deuda y "recapitalizar" el grupo para "resurgir" con una "fuerte posición financiera".

La compañía, fundada por Richard Branson, ha decidido declararse en concurso voluntario para ganar tiempo mientras sigue buscando respaldo financiero entre distintos agentes y administraciones, incluidos los gobiernos estatales y federales, para superar una crisis "sin precedentes". "La compañía todavía no ha logrado asegurarse el apoyo requerido", informa la firma, que ha solicitado, sin éxito, 1.400 millones de dólares australianos al Ejecutivo.

La firma ha pedido 1.400 millones al Gobierno de Australia sin éxito

La cúpula de Virgin Australia ha nombrado a Vaughan Strawbridge, John Greig, Sal Algeri y Richard Huges, todos de Deloitte, como administradores voluntarios de la aerolínea y de todas sus filiales a excepción de Velocity Frequent Flyer, el programa de millas de la compañía, que es una empresa independiente. Los administradores de Deloitte trabajarán codo con codo con el actual equipo directivo, que está liderado por Paul Scurrah, informa Virgin en un comunicado.

"Nuestra intención es reestructurar y refinanciar el negocio para sacarlo del concurso lo antes posible. Estamos comprometidos a trabajar con Paul y el equipo de Virgin Australia y estamos haciendo ya progresos. Hemos iniciado un proceso para buscar socios o entidades interesadas en recapitalizar la empresa y asegurar su futuro y hasta ahora ha habido varias expresiones de interés", aseguró Vaughan Strawbridge, de Deloitte. Pese al optimismo del administrador, la compañía no ha logrado todavía un rescate por parte de sus principales accionistas, entre los que se encuentra Singapore Airlines, ni el respaldo del gobierno.

"Nuestra intención es reestructurar y refinanciar el negocio para sacarlo del concurso lo antes posible"

Así, la segunda aerolínea más grande de Australia, que emplea a 10.000 personas, prevé seguir operando mientras encuentra el respaldo financiero que necesita para sobrevivir. La firma tiene el grueso de sus aviones en tierra por las restricciones internacionales a la movilidad y tan solo realiza vuelos de rescate o servicios mínimos para asegurar la movilidad de trabajadores.

El consejero delegado de Virgin Austrlia ha asegurado que toman esta decisión para "asegurar el futuro de la compañía" mientras que Richard Branson, que posee el 10%, aseguró ayer en una carta que la firma estaba haciendo todo lo posible "para sobrevivir" y que su grupo en general, incluyendo Virgin Atlantic, necesitaba las ayudas del Gobierno para poder superar la pandemia del Covid. Unas ayudas que el Reino Unido todavía no le ha concedido.

Virgin arrancó un proceso de reestructuración ante de la crisis del coronavirus

Antes de la crisis del coronavirus, Virgin Australia ya atravesaba un momento complicado. La aerolínea había contratado a Deloitte para poner en marcha un proceso de reestructuración y buscar nuevos inversores. "La pandemia de COVID-19 se produjo cuando el grupo avanzaba en un importante programa de transformación para reestructurar su costes, incluida la consolidación de su plantilla, la simplificación de la flota, la retirada de rutas no rentables y la revisión y renegociación de acuerdos de proveedores", informa la firma.

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