
Aena maniobra para sobrevivir a la crisis del coronavirus sin lanzar un ajuste temporal de empleo. El gestor semiprivado ya ha recortado la capacidad de sus aeropuertos con el cierre de pistas, terminales y zonas de embarque para adaptarse a la nueva operativa de mínimos y ahora ha puesto en marcha un plan de ajuste para ahorrar 95 millones de euros al mes mientras ha abierto conversaciones con la banca para lograr nuevas líneas de crédito y reforzar su posición de liquidez.
La compañía ha informado que el tráfico de pasajeros de marzo acumula una caída del 45% y que sólo el 24 de marzo éste fue un 97% inferior al mismo día del año pasado, que cayó en domingo. Según los datos publicados por Eurocontrol, el tráfico aéreo en España registró este jueves un descenso del 86,5% y se espera que la red de Aena funcione al 10% de su capacidad en las próximas semanas, lo que implica que sus ingresos van a desaparecer prácticamente por lo que tendrá que vivir de su caja de 1.325 millones.
El tráfico de pasajeros de marzo acumula una caída del 45%
Aena asegura que no se plantea realizar un ERTE ("no está sobre la mesa", dicen) pero sí que necesita recortar costes y frenar inversiones para preservar la caja y sobrevivir a la crisis sin pedir un rescate. Así, la compañía ha puesto en marcha un plan para reducir su base de costes operativos en un 30% y ha paralizado todas las obras para dejar de pagarlas.
En concreto, la compañía que preside Maurici Lucena ha empezado a renegociar a la baja los contratos de servicios (seguridad, limpieza y mantenimiento), a eliminar gastos no estructurales de los servicios centrales y ha paralizado contrataciones no esenciales con el objetivo de ahorrar 43 millones de euros al mes. Aena renovó hace algo más de un año los contratos de los filtros de seguridad con un alza del presupuesto del 35% y el año pasado adjudicó los de limpieza tras duplicar su dotación económica por el rápido crecimiento del tráfico de pasajeros, una situación que no se va a dar este año, en el que se esperan caídas.
En cuanto a las obras, Aena ha paralizado temporalmente su programa de inversiones (ampliación y mejora de las infraestructuras), lo que supondrá una reducción mensual de las salidas de caja de aproximadamente 52 millones de euros.
Aena tiene una caja de 1.325 millones de euros, que equivale a los ingresos de medio año y le permiten sobrevivir varios meses sin ingresos y sin ajustes. "Hay liquidez suficiente para sobrevivir varios meses en un escenario muy negativo", explican fuentes cercanas a la compañía. Aún así, el gestor, cuyos costes de personal ascienden a los 450 millones de euros al año y está obligado a mantener una actividad mínima para cualquier vuelo comercial y el tráfico de carga, está buscando reforzar su liquidez en el mercado.
Además de tener la posibilidad emitir deuda por 550 millones de euros, Aena está negociando con varias entidades financieras para la obtención de nuevas facilidades y préstamos. "Las negociaciones están muy avanzadas y prevemos firmar en los próximos días", asegura la compañía.
El dividendo, en el aire
En cuanto al dividendo de 2019, que superaría los 890 millones de euros (el 80% del beneficio de 1.114,2 millones de euros), Aena ha decidido dejar en el aire su abono hasta que tenga una mayor visibilidad sobre la evolución del año. De momento, ha suspendido sine die la Junta General de Accionistas y ha dejado si validez la previsión de crecimiento del 1,9% para este año.
Así, la cúpula está esperando a tener información sobre la evolución de la caja, el tráfico en España, y el desarrollo de la enfermedad en otros países para valorar si da el dividendo entero, lo reduce o finalmente propone cancelarlo.