
Si apuestas a lo grande, puedes perder a lo grande. La compañía Helios & Matheson Analytics, que en 2017 adquirió la participación mayoritaria de Moviepass, un servicio de tarifa plana para acudir al cine, ha presentado los documentos de bancarrota según el Capítulo 7 de la ley de quiebras de EEUU, lo que implica que un tribunal venderá sus bienes para pagar las deudas de la compañía.
Moviepass estaba llamado a revolucionar el consumo de cine en EEUU. Fundada en 2011 con el apoyo financiero de compañías como AOL, empezó su expansión paulatina en 2012 bajo la promesa de llevar al público a las salas a un precio mucho más reducido de lo habitual.
En junio de 2016, cuando el servicio aún no estaba en manos de Helios & Matheson, empiezan a experimentar con diversos modelos de precios, entre los que se encuentra el que acabaría llevando el producto a la ruina: una tarifa plana. Entonces el coste era de 99 dólares al mes, que permitía ver tantas películas como se quisiera, incluyendo los pases en tres dimensiones, habitualmente más caros. El único límite era que no se podía ver más de una película al día.
Tarifas insostenibles
Pero llegaron las bajadas de precio y la situación empezó a cobrar visos de irrealidad. En julio de 2016 se eliminaron las restricciones temporales y el precio de la tarifa plana bajó a la mitad.
Poco después, Helios & Matheson entra en acción. En agosto de 2017 compra la participación mayoritaria del servicio, e inmediatamente lanza un órdago a la industria: un máximo de una película al día por 9,95 dólares al mes, con el objetivo de aumentar la base de usuarios y cubrir los gastos con publicidad segmentada.
Llega el éxito cegador
Efectivamente, los clientes llegaron en tropel: de 20.000 suscriptores en diciembre de 2016 a un millón apenas un año después y tres millones en junio de 2018, lo que supone un incremento de casi un 15.000% en año y medio.
Mientras, los inversores brindaban con champán. De cotizar en torno a los 650 dólares por título antes de la adquisición de Moviepass a cotizar en 5.100 dólares dos meses después, una revalorización de un 680%. Y Helios iba aumentando su participación accionarial en el servicio mientras tanto.
Las ofertas a los clientes eran cada vez más tentadoras, llegando a 6,95 dólares mensuales para quienes pagaran de forma anual.
Una espiral hacia el fin
Pero el sentido común dictaba que era imposible la continuidad de un servicio que abonaba a los cines cerca del doble del importe que cobraba a sus clientes. La quema de capital era tan alta que la recaudación de fondos se convirtió en algo habitual para mantener la empresa a flote, solicitando 1.200 millones en julio de 2018. La cuesta abajo era inevitable y así lo mostraba su cotización: de 5.100 dólares a 0,05 dólares por acción en menos de un año.
El surgimiento de servicios competidores (aunque aparentemente más sostenibles en el apartado financiero), modificaciones constantes de las condiciones de servicio para limitar las películas a las que podían acceder los usuarios, cambios tarifarios, caídas de la página web donde adquirir las entradas, y finalmente la eliminación de la tarifa plana. Todo ello se dio cita para terminar de espantar a los suscriptores: De los tres millones de usuarios de junio de 2018 se pasó a dos millones en octubre, y a poco más de 200.000 en abril de 2019. Entretanto, la compañía se enfrentaba a diversas demandas por incumplimientos del servicio y por proporcionar información inexacta a los inversores sobre la situación financiera de la compañía.
Así, Moviepass acabó por morir de éxito. El 14 de septiembre de 2019 cierran el servicio ante la imposibilidad de seguir obteniendo capital, según anunció la propia compañía. Dimitía entonces el consejero delegado y se ponía a la venta las filiales relacionadas. La quiebra de Helios and Matheson Analytics era solo cuestión de tiempo. Para el recuerdo queda ya el optimismo plasmado en sus redes sociales de quien quiso revolucionar la industria del séptimo arte.