
Unicaja Banco ha decidido mantener la prudencia ante los tipos negativos y ha anunciado que en 2022 conseguirá un beneficio mínimo de unos 230 millones de euros, tras haber ganado 172 millones en 2019, un 12,9% más lo que en 2018. Estos resultados no incorporan efectos por operaciones corporativas, aunque no descarta analizar fusiones tras la fallida integración con Liberbank.
Según el plan de negocio y objetivos revisado a finales del ejercicio pasado, la entidad confía en elevar al menos un 10% anual su resultado neto, lo que se traduce en un aumento del 33% en el conjunto del periodo. Eso sí, la rentabilidad permanecerá por debajo del coste de capital, ya que la meta es alcanzar en 2022 un retorno sobre fondos propios (ROE) superior al 6%. En la actualidad este parámetro se sitúa en el 4,4%. Los inversores reclaman al sector rentabilidades de entre el 8 y el 10%.
Estas estimaciones están basadas sobre un evolución ligeramente positiva de los tipos de interés, pero en todo momento, negativas. Para el final del plan la previsión es que el euribor se encuentre aún en el -0,11%. Además, el cálculo del ROE está fundamentado sobre un ratio de solvencia del 12% y sus expectativas es que sobrepase, como en la actualidad, el 13%. Además, el exceso de fondos propios, que ahora supera los 200 millones, lo destinará, previsiblemente a dividendo extraordinario.
Tanto el consejero delegado, como el director financiero, Ángel Rodríguez y Pablo González, han asegurado que la intención es proseguir en solitario, aunque no descartan analizar oportunidades para una fusión, siempre y cuando sean positivas y generen valor a los accionistas. Ambos han sostenido que no hay conversaciones en la actualidad con ninguna entidad y que no tienen presión ni de los reguladores ni del mercado para llevar a cabo una integración.
Unicaja, en el trinenio, pretende realizar una importante limpieza del balance, ya que su morosidad bajara del 2,5% frente al 4,8% de finales de 2019. Para ello y poder acelerar la venta de improductivos ha elevado sus provisiones, lo que ha supuesto una caída de los beneficios antes de impuestos el ejercicio pasado del 16%. Un descenso que ha sido compensado por la menor contribución al impuesto de Sociedades. El grupo malagueño apenas pagó por esta tasa 2 millones.
Para cumplir los objetivos quiere reducir la base de costes operativos y mejorar la eficiencia hasta colocarla por debajo del 60% en el trienio, además de impulsar su transformación digital con una inversión de 190 millones. Asimismo, contempla el cierre de un centenar de oficinas.
Los resultados de 2019, según la propia entidad, se explican por un incremento del margen bruto, en la mejora de la aportación del negocio inmobiliario y en una disminución de los costes de explotación, así como en unas "reducidas necesidades de saneamientos de activos no productivos".
Pretende elevar el dividendo hasta un 50% de las ganancias en tres años
Desde Unicaja sostienen que este alza resulta "particularmente destacable" en la medida en que la entidad ha destinado en el ejercicio un importe de 230 millones de euros a la constitución de provisiones destinadas a la mejora de la rentabilidad futura. Ha constituido una hucha extraordinaria de 230 millones.
Este esfuerzo ha sido posible en parte por las plusvalías cosechadas en la desinversión de la autopista Ausol. Para 2020, Unicaja cuenta con el extraordinario de 47 millones por la actualización del acuerdo comercial con Caser una vez tome su control Helvetia.
Con estos resultado, la entidad va a proponer a la junta de accionistas un dividendo en metálico de 77 millones, lo que representa un alza de la remuneración por acción del 25%. Destinará, por tanto, un 45% de las ganancias, 5 puntos porcentuales más que en 2018. Este porcentaje, según su plan, ascenderá en los próximos años hasta el 50%.